LA HABANA, Cuba. – De acuerdo con lo informado por los medios oficiales cubanos, el gobernante Miguel Díaz-Canel Bermúdez tenía varias actividades previstas en su reciente visita a Rusia: encontrarse con el presidente ruso Vladímir Putin, presenciar el desfile militar por el 79 aniversario de la victoria soviética sobre la Alemania nazi y, sobre todo, participar en el Consejo Supremo de la Unión Económica Euroasiática (UEE), de la que forman parte, además de Rusia, Bielorrusia, Armenia, Kazajistán y Kirguistán.
Con una economía en bancarrota, pocos rubros exportables que le ingresen divisas al país, sin poder importar las mercancía e insumos que necesitan la población y las entidades productivas, y con una carencia crónica de combustibles, los jerarcas del castrismo están, como náufragos en medio del océano, dispuestos a acercarse a cualquiera que les prometa auxilio.
En ese contexto se inscribe la presencia del heredero de los Castro en la cita de la UEE. En su discurso en esa cita, Díaz-Canel expresó que “el Gobierno cubano le concede gran importancia a las relaciones económico-comerciales, financieras y de cooperación con la UEE y sus Estados miembros”.
Cuba ostenta el estatus de observador en ese conglomerado de naciones desde el año 2020, y a pesar de los discursos, tanto de una parte como de la otra, en el sentido de que se ampliarán los vínculos comerciales entre la Isla y los miembros de la UEE, lo cierto es que muy poco se ha avanzado al respecto.