Alexey Ponce Duarte tiene 33 años y su rostro denota mucha tristeza. Curtido por la pobreza que se vive en Las Tunas, una ciudad a más de 600 kilómetros de La Habana, en octubre pasado emprendió la ruta hacia la frontera sur de Estados Unidos y en México sufrió un accidente de tránsito que lo dejó paralítico.
Ponce trabajaba como almacenero en Las Tunas y ganaba al mes unos 2,300 pesos ($6 al cambio informal) que no le alcanzaban para comprar alimentos para su hija de 12 años, su esposa y la hija de ésta, así como su madre, enferma terminal de cáncer.
“Veía como mis compañeros se iban del país y les iba mejor. Así que hablé con mi esposa y vendimos todo lo que teníamos. Casi vendemos hasta los zapatos que traíamos puestos para comprar un pasaje a Nicaragua e irnos nosotros también”, dijo Ponce desde México.
El tunero hace parte del mayor éxodo en la historia de Cuba.
Tras las represión a las protestas populares masivas contra la dictadura de Raúl Castro en 2021, el régimen cubano y su aliado, Nicaragua, permitieron la salida de cientos de miles de personas, eliminando el requisito de visado para volar a Managua. El resultado: más de 600,000 cubanos han llegado a la frontera sur de Estados Unidos en estos tres años.
“El camino es duro. Emigración nos regresó a Guatemala y allí estaba la gente de los cárteles [de la droga] esperándonos. Pudimos salir de ese lugar porque todavía nos quedaba algo de dinero”, relata.
Las autoridades mexicanas han incrementado la vigilancia y los arrestos de inmigrantes para impedir que lleguen a la frontera sur de Estados Unidos, una petición del presidente Joe Biden que tiene en la inmigración irregular uno de los desafíos más grandes de cara a las elecciones presidenciales de noviembre.
De acuerdo con cifras oficiales, durante el primer trimestre de 2024, México ha detenido a unos 360,000 inmigrantes, lo que representa un aumento del 199.68% en comparación con las 120,029 personas en el mismo período de 2023. Unos 10,464 migrantes cubanos hacían parte de este grupo.
Ponce sigue pidiendo todos los días una cita de CBP One para pedir asilo en la frontera estadounidense. El programa, implementado por la administración Biden, ha permitido que más de 547,000 personas entren legalmente al país, pero a la mayoría de los inmigrantes c