HARRISONBURG, Estados Unidos. – Este 6 de mayo se cumplen 165 años de la inauguración del tramo de ferrocarril entre Santiago de Cuba y el paradero de Boniato, en el poblado homónimo. Con una longitud de 8,8 kilómetros, la vía férrea, cuya construcción estuvo a cargo del ingeniero Rafael R. de Carrera y Heredia, fue inaugurada en presencia de Carlos de Vargas Machuca, gobernador de Santiago de Cuba, en 1859.
Aunque en el territorio ya había sido construida en 1842 la vía férrea que enlazaba a Santiago de Cuba con el poblado de El Cobre, esta nueva vía tuvo especial significación pues se extendió hacia la región guantanamera en una época que muy bien pudiéramos calificar como el inicio de la etapa luminosa del ferrocarril en Cuba.
En contraste con la zona occidental del país, el desarrollo del ferrocarril en Oriente fue más lento debido a que la industria azucarera estaba menos desarrollada, aunque también influyó la Guerra de los Diez Años.
Fue con el advenimiento de la República que el ferrocarril comenzó a consolidarse en esa zona del país.
Los primeros tramos luminosos
Creado en Inglaterra en 1825, el ferrocarril se expandió luego a Francia, Alemania, Bélgica y Rusia. 12 años después fue introducido en Cuba, primer país de Hispanoamérica en poseerlo ―incluso antes que España― y solo detrás de EE.UU. en todo el continente. España tendría su primera vía férrea 11 años después que Cuba.
Como se conoce, el primer tramo del ferrocarril cubano se inauguró el 19 de noviembre de 1837 y enlazaba a la ciudad de La Habana con Bejucal. Su extensión fue de 27,3 kilómetros; al año siguiente la vía se extendió hasta Güines.
Después de La Habana, Cárdenas, Camagüey y Cienfuegos fueron las otras ciudades cubanas en disponer de vías férreas.
A finales del siglo XIX y a pesar de los daños ocasionados por las guerras por la independencia a la economía, Cuba contaba con una loable red de líneas ferroviarias públicas y privadas.
Vertiginoso desarrollo a partir de 1902
La proclamación de la República el 20 de mayo de 1902 influyó decisivamente en la consolidación del ferrocarril en Cuba. Ese mismo año el presidente Tomás Estrada Palma inauguró la vía entre La Habana y Santiago de Cuba, una idea soñada desde 1853.
A partir de esa época las vías fer