Pareciera que el cabello de la mujer, ese que es símbolo de feminidad para algunas personas, se convierte en arma, en reivindicación y protesta cuando la lucha transgrede los pueblos. Despojarse de él no es sencillo. Es un acto potente, a veces incómodo por romper la norma, más cuando la causa que lo promueve es denunciar el genocidio cometido en Palestina.
«Renunciamos al cabello porque la solidaridad, esa que es la ternura de los pueblos, nos atraviesa el cuerpo, así como nos atraviesa el alma el exterminio del pueblo palestino», publicaron en las redes sociales el movimiento Juntas Por Palestina, mujeres que desde el mes de marzo se cortan todo el pelo en acto de solidaridad contra la represión israelí en Gaza.
La iniciativa, que comenzó por cubanas revolucionarias, suma a varias mujeres de México, Reino Unido, Bélgica, Argentina, Venezuela, Brasil, Chile, Paraguay y Puerto Rico.
Según Aniet Venereo, una de sus coordinadoras, el primer impulso fue mandar un mensaje de solidaridad a las palestinas para que sepan que no se les olvida.
«Quisimos hacer algo que llamara la atención y concebimos realizar un audiovisual de nosotras rapándonos la cabeza, para luego publicarlo en las redes y expandirlo».
Relata que la acción también es una herramienta para desmontar el mito de que la ocupación por Israel comenzó en octubre. «Se pretende visibilizar que han pasado 76 años de genocidio, que ahora suman el hambre como herramienta de la limpieza étnica y la expropiación de las vidas y el territorio».
Hasta el momento la cifra de personas asesinadas por el sionismo desde octubre del 2