LA HABANA, Cuba. – Unos días antes de este Primero de Mayo, tuvo lugar el CXV Pleno del Consejo Nacional de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC). Y, a pesar del esfuerzo del diario oficial Trabajadores por brindar una apreciable cobertura a los momentos menos desfavorables para el castrismo en dicho pleno, como la rendición de cuentas del Ministerio de las Fuerzas Armadas al movimiento sindical ―esa farsa que se repite año tras año―, fue inevitable que trascendieran en la cita los fracasos del sindicalismo oficialista, así como las difíciles condiciones en que desenvuelven su labor los trabajadores cubanos.
Se informó que durante 2023 un total de 765 empresas estatales incumplieron con los niveles previstos de productividad del trabajo, mientras que otras 985 entidades no fueron capaces de lograr las metas en cuanto a la producción de bienes o la prestación de servicios a la población.
Graves problemas salieron a relucir en lo referido a la distribución de las utilidades creadas en el proceso productivo. Algunas unidades empresariales de base (UEB) cumplieron sus planes productivos y crearon utilidades. Sin embargo, comoquiera que se subordinan a una empresa, y esta, lamentablemente, tuvo pérdidas por su mala gestión administrativa, dichas UEB no pudieron distribuir las utilidades creadas entre sus trabajadores. Se trata de una consecuencia del burocrático y verticalista sistema empresarial cubano, que desestimula a los que verdaderamente se esfuerzan por crear las riquezas del país.
Por otra parte, la bancarización ordenada por las autoridades fue también muy criticada en el Pleno. El déficit de cajeros automáticos en varios territorios, unido