Nunca imaginó la joven holguinera Roxana Guerrero que su pasión por la música la llevaría a tan solo unos 100 kilómetros de la península Antártica.
Al llegar, encontró que la bandera cubana ondeaba a la par de otras en la Base Científica de Artigas, institución uruguaya del helado continente, donde Guerrero viajó, como miembro de la Orquesta Nacional Juvenil de Sodre, con el objetivo de realizar un concierto especial dedicado a los 40 años de la creación del centro.
Aunque actualmente la holguinera reside hace cinco años en Uruguay, sus andanzas por el mundo del arte comenzaron en Cuba.
«Siempre me sentí atraída por la música en general, cuando era pequeña tuve influencias musicales en la escuela donde estudiaba antes de pertenecer a la Escuela Elemental de Arte, donde creció mi motivación y mi interés por la música ya que sentía que podía expresarme y demostrar mis emociones, llegando a los corazones de las personas que me escuchaban».
— ¿Cómo inició su vínculo con la Orquesta Nacional Juvenil de Sodre?
— Desde Cuba tenía conocimient