El Cementerio de Reina, ubicado en la ciudad de Cienfuegos, ha sido reconocido por su estilo neoclásico y su valor artístico desde su inauguración en 1839. Declarado Monumento Nacional en 1990, este cementerio alberga obras esplendorosas en mármol, hierro y pizarra. Entre quienes descansan allí se encuentran colonos adinerados y dueños de factorías que acumularon grandes fortunas.
Este camposanto se destaca por su singularidad, siendo la única construcción funeraria del siglo XIX en Cuba que conserva como forma de enterramiento la inhumación en nichos verticales empotrados en los muros. Además, su arquitectura neoclásica refleja el carácter simétrico, proporcional y equilibrado de la ciudad de Cienfuegos.
Encontramos fechas mortuorias que se remontan a los años de su fundación, y existen teorías de que figuras importantes de las gestas independentistas fueron enterradas allí en fosas comunes.
A lo largo del tiempo, los estragos del clima, especialmente por su ubicación cercana al mar, y el creciente descuido, han afectado a los monumentos y otras áreas del cementerio. Estructuras como los ángeles de los sepulcros han perdido sus cabezas y alas, y la oxidación ha debilitado las rejas y los muros con nichos verticales, poniendo en riesgo su integridad. Tumbas rotas, la hierba que implacable se las traga, las esculturas fuera de su pedestal, truncas y sucias, son otros de estos daños.
A pesar de los desafíos, el Cementerio de Reina sigue siendo un testimonio valioso de la historia y la arquitectura neoclásica de Cienfuegos. Restaurar y preservar este lugar emblemático representa una oportunidad para honrar el legado y la memoria de quienes yacen allí, así como para apreciar y proteger nuestro patrimonio cultural.