Después de transcurridas tres semanas de la 63 Serie Nacional de béisbol comenzó la temporada de las Grandes Ligas, la Major League Baseball (MLB) y entre esos dos focos, fundamentalmente, estará centrada la atención de los aficionados cubanos, aunque no solo allí se desenvuelven los peloteros nacidos en la isla.
La nueva campaña de la liga local, después de diecisiete juegos, muestra algunas novedades junto a otras viejas historias que se repiten. Lo más novedoso, en cuanto a noticia, ha sido la vuelta de un pelotero que llevaba diecisiete años en el extranjero y ha regresado para jugar en Cuba, el pinareño Alexei Ramírez, quien fuera miembro de la selección nacional antes de jugar en la MLB donde tuvo una labor destacada entre 2008-2015 con los Medias Blancas de Chicago.
Ramírez se une ahora a otros talentosos jugadores cubanos que pasaron por las Grandes Ligas y regresaron para jugar en la isla: el avileño Rusney Castillo, el cienfueguero Erisbel Arruebarruena y el habanero Yasmany Tomás; aunque de todos, el de mayor permanencia en MLB fue Alexei Ramírez.
El año de su debut en Grandes Ligas, Alexei fue segundo en la votación para Novato del Año en la Liga Americana e implantó récord de jonrones con bases llenas por un jugador debutante. En dos ocasiones ganó el bate de plata (2010, 2014). En ese último año fue convocado al Juego de las Estrellas. Sin embargo, al año siguiente, el equipo de Chicago lo dejó libre. Su última temporada en la MLB fue la de 2016 con los Padres de San Diego y Tampa Bay Rays.
A pesar de sus 42 años, Ramírez se ha visto en una forma envidiable hasta ahora en la Serie Nacional. En 79 veces al bate, promedia para 340 de averaje con un OBP (promedio de embase) de 506, incluidos cuatro dobles y cuatro jonrones. Falta saber si su preparación le permitirá terminar la temporada de ese modo.
Los aspectos negativos que reinciden este año, al menos en las primeras sub series celebradas, son la cantidad de errores cometidos a la defensa; las bases por bolas otorgadas por los lanzadores; y una ofensiva desbordada. El resultado ha sido un notorio desbalance entre ofensiva, pitcheo y defensa. Los números así lo indican: Se batea para 295, con sie