Corrían tiempos en que se habían frustado las esperanzas del pueblo: Cuba no había alcanzado su independencia del colonialismo español por medio de la lucha armada y disímiles errores hacían sombra a los más puros ideales.
La Guerra de los Diez Años –1868-1878- fracasó socavada por errores estratégicos, regionalismo, desunión, además de falta de suministros bélicos. Culminó con el humillante Pacto del Zanjón, que promovía una «paz» sin independencia, y que fue rechazado por el General Antonio Maceo y su valerosa tropa en Mangos de Baraguá.
Luego se producen los alzamientos de la llamada Guerra Chiquita –1879-1880-, durante la cual un grupo de patriotas se lanzan a la manigua, en zonas de Oriente y Las Villas, sin un plan único ni vínculos entre sí, comandados por el mayor general Calixto García.
No fue un movimiento nacional sino la suma de alzamientos en la región central y oriental de la Isla. Se malogró, entre otras causas, por la falta de un liderazgo político y militar central, los prejuicios raciales, la posición reaccionaria de los partidos burgueses en el archipiélago, así como la efectividad de las acciones políticas y militares que desplegaron las autoridades españolas contra ese movimiento insurreccional.
Por ese entonces, José Martí desplegaba una amplia actividad política vinculada con los emigrados, con el propósito de mantener encendido el fervor revolucionario. Las masas trabajadoras fueron la base ideológica que contribuyó a que el Apóstol se convirtiera en el jefe político de la revolución al difundir su pensamiento político por medio del Partido Revolucionario Cubano (PRC).
El joven Martí, que no alcanzaba los 35 años de edad, era consciente de la pléyade de prestigiosos veteranos de la Guerra de los Diez Años que mostraban en su hoja de servicios en el Ejército Libertador, una brillante y heroica trayectoria revolucionaria, capaz de arrastrar tras de si a grandes sectores de la población en una nueva guerra contra España.
Pero ninguno de estos venerables mambises, que tenían más de una cicatriz en su cuerpo recibidas en c