La huelga nacional revolucionaria, convocada por la Dirección Nacional del Movimiento 26 de Julio (M-26-7) para el 9 de abril de 1958, pretendía paralizar el país y desatar un movimiento de masas que acelerara el derrumbe de la dictadura de Fulgencio Batista en los preludios de la contraofensiva rebelde.
La orientación circulaba boca a boca, en voz baja por la violenta represión policial, y Radio Rebelde transmitía desde el 12 de marzo un llamado del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz al pueblo para convocarlo a la huelga general y órdenes a los frentes para desplegar acciones de apoyo a la huelga.
Aun cuando la jefatura del Ejército Rebelde se oponía a acciones precipitadas en las ciudades y el llamado a una huelga sin el apoyo armado necesario, en aras de la unidad de acción contra la tiranía y dado el criterio de los dirigentes de la lucha clandestina en las ciudades, se convocó la huelga general.
En la Sierra Maestra, el Ejército Rebelde cosechaba victoria tras victoria. Dos nuevas columnas rebeldes, la número 6, comandada por Raúl Castro Ruz, y la 3, bajo el mando del comandante Juan Almeida Bosque, fundaban dos nuevos frentes guerrill