En noviembre del 2019 surge vía WhatsApp un grupo de ayuda comunitaria para resguardar la salud y el bienestar de los animales callejeros. Sin un nombre oficial y un perfil gestor, sus acciones eran poco conocidas. Se reunían ocasionalmente y se organizaban como podían. Para finales del año 2020, ya eran conocidos en San Antonio de los Baños, Artemisa, como Equipo de Protección Animal (EPA). No reciben apoyo de institución alguna. Su economía es autogestionada, se basa en rifas, ferias benéficas y donaciones de personas sensibilizadas con este tema.
Una de las labores más importantes que realiza el EPA son los rescates. Un miembro de la organización dispone de un vehículo para salir ante cualquier emergencia. Asisten a los animales desde el punto de vista veterinario; en los llamados “temporales” se les brinda alimentos, refugio, y se mantienen en seguimiento hasta su total recuperación, para luego darlos en adopción responsable.
Los miembros del EPA tratan de hacer cumplir el Decreto-Ley de Bienestar Animal. Incluso, han ido a la Estación de Policía de la zona para reportar abusos, pero en muy pocas ocasiones se aplican las multas correspondientes a los agresores.