Cauto-La Yaya, Granma.–Bendecido no solo por la cercanía de sus tierras a los ríos Cauto y Contramaestre, sino también por la disponibilidad tecnológica que le proporciona contar con nueve máquinas eléctricas de riego, de pivote central, el polo agrícola de Cauto-La Yaya, contradictoriamente, ha padecido durante años de varias «sequías» productivas.
Esa realidad ha afectado el aporte que, en teoría, debería dar este enclave productivo al balance agrario de la provincia, e incluso de otros territorios del país, con la entrega de viandas como el plátano burro (su producto permanente) y de otros cultivos.
Así lo constató este diario en el año 2021, al recorrer áreas de ese polo donde la poca estabilidad y mala calidad del riego impactaban de forma negativa en casi 300 hectáreas sembradas de plátano burro, y en los cultivos de unos 20 usufructuarios.
«Que las máquinas eléctricas de pivote central no rindan todo lo que debieran, depende en estos momentos de las constantes averías ocurridas en la estación de bombeo de La Jatía», explicaba entonces, a Granma, José Luis Machado Pérez, jefe del polo, y conocido por todos como Pimpi.
Sin embargo, hace alrededor de tres meses ese panorama en Cauto-La Yaya comenzó a cambiar. ¿Qué ha pasado allí en lo que va de 2024? Volvemos sobre el tema, a pie de surco.
COMENZAR A «REGAR SOLUCIONES»
Ubicado en una amplia extensión de tierra de las comunidades rurales de La Jatía, La Yaya y Dos Ríos, el polo productivo Cauto-La Yaya, perteneciente a la Empresa Agroindustrial del municipio granmense de Jiguaní, cuenta con un potencial de más de mil hectáreas cultivables repartidas entre cultivos varios, frutales y cítricos, además de áreas para la ganadería.
Es por ello que recuperar sus estaciones de bombeo para garantizar el riego agrícola –tanto de las áreas beneficiadas con las máquinas de pivote central, como las que no– era una necesidad impostergable.
Bien lo sabe José Luis (Pimpi), quien ahora muestra entusiasmado la estación central de bombeo (situada en La Jatía), en fase final de ejecución, tras recibir un proceso de reparación integral que, por vez primera, ha contemplado el cambio de las añejas tuberías por nuevas conductoras de plástico, así como la renovación de los motores, de sus estructuras y de la pizarra (esta última en proceso de entrega), entre otros componentes que inciden en la calidad del riego.
«Esta estación tenía ya más de 40 años de explotación y se le asignó un crédito de 7 700 000 pesos para