Gente inspecciona el lugar donde murieron trabajadores de World Central Kitchen en Deir al-Balah, Franja de Gaza, el martes 2 de abril de 2024. Foto: Abdel Kareem Hana/ AP Foto.
Un ataque israelí mató a siete trabajadores de World Central Kitchen, lo que llevó al grupo de ayuda a suspender el martes la distribución de ayuda alimentaria vital en Gaza, donde la ofensiva militar israelí ha puesto a cientos de miles de palestinos al borde de la hambruna.
Varios barcos que llegaron hace poco a Gaza emprendieron el regreso a Chipre con 240 toneladas de ayuda no distribuida tras el suceso, anunció el martes un funcionario en la nación insular mediterránea, que ha tenido un papel importante para establecer la ruta marítima.
El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, reconoció que las fuerzas israelíes habían realizado el “ataque involuntario” contra “personas inocentes en la Franja de Gaza”.
Las autoridades están “revisando esto a fondo” y “harán todo lo posible para que esto no ocurra de nuevo”, añadió.
Imágenes de los cuerpos de los muertos en un hospital de la localidad central gazatí de Deir al-Balah mostraban que varios llevaban ropa de protección con el logotipo de la organización benéfica. Los fallecidos eran tres británicos, una australiana, un polaco y una persona con doble ciudadanía estadounidense y canadiense, según registros hospitalarios.
La organización benéfica, fundada por el afamado cocinero José Andrés, era una pieza central de una ruta marítima abierta hace poco para llevar ayuda al norte de Gaza, donde, según Naciones Unidas, buena parte de la población está en riesgo de morir de hambre, prácticamente aislada del resto del territorio por las fuerzas israelíes.
Andrés, cuya organización benéfica opera en varios países afectados por guerras o desastres naturales, incluido Israel tras el ataque del 7 de octubre, dijo tener “el corazón roto” por la muerte de sus colegas.
“El Gobierno israelí debe detener esta muerte indiscriminada. Debe dejar de restringir la ayuda humanitaria, dejar de matar a civiles y cooperantes y dejar de utilizar la comida como arma”, escribió en X.
La organización dijo que el equipo viajaba en una caravana de tres vehículos, dos de ellos blindados, y había coordinado sus movimientos con el ejército israelí.
El contralmirante Daniel Hagari, portavoz jefe del Ejército, dijo el martes que las autoridades analizaban lo ocurrido al más alto nivel. Se abriría una investigación independiente que “nos ayudará a reducir el riesgo de que vuelva a ocurrir