De 2018 a 2022 la producción de prendas de vestir en Cuba se redujo en más de 10.000 millones de unidades, según datos de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI). Su fabricación depende en gran parte de la importación de maquinarias, piezas de repuestos, materias primas e inversiones que permitan su funcionamiento.
Periodismo de Barrio responde varias preguntas esenciales para comprender el funcionamiento de la industria textil en la Isla.
¿Qué es la industria textil?
Una actividad económica que consiste en la manufactura de hilos, fibras, telas y otros materiales destinados a obtener productos derivados que abarcan prendas, calzados y artículos empleados para vestirse, explica Economipedia. Se caracteriza por no requerir grandes cantidades de materiales, en comparación con otros sectores, y por utilizar tanto insumos naturales como sintéticos.
En Cuba, esta industria existía de forma incipiente desde antes de la primera mitad del siglo XIX, pero la implementación de la reforma arancelaria de 1927, durante el gobierno de Gerardo Machado, impulsó su crecimiento.
Sin embargo, con el derrumbe del campo socialista el rol de la actividad manufacturera en la economía nacional comenzó a debilitarse, debido a la elevada dependencia de insumos importados, la imposibilidad de acceder a otros mercados y la dificultad de mantener una planta industrial con elevados requerimientos energéticos y escasa competitividad externa, señala el doctor en Economía, Ricardo Torres Pérez.
Problemas como la disponibilidad de materias primas, las interrupciones eléctricas y la ausencia de inversión suficiente, aún permanecen en la actualidad.
¿Cuánto produce la industria textil de Cuba?
De acuerdo con la ONEI, el sector fabrica productos textiles y prendas de vestir. Dentro de los primeros se encuentran las hilazas y tejidos de algodón; tejidos de fibras sintéticas; sogas, cordeles e hilos de henequén; sacos de kenaf; colchones, colchonetas y sábanas; mientras que las segundas in