Una de las gratas noticias en la 63 Serie Nacional de Béisbol fue el regreso de Alexei Ramírez. Llevaba 17 años sin jugar en el clásico cubano de las bolas y los strikes.
Mucho había llovido desde el 2 de abril de 2007, cuando La Habana y Pinar del Río se enfrentaron en los cuartos de final de la 46 Serie. En duelo celebrado en el estadio Capitán San Luis, los vueltabajeros cedieron con cerrado marcador de 7-8, pero Alexei bateó de 4-3, con un jonrón, una anotada y tres remolcadas. Con ese juego ponía fin a la temporada y al playoff, en el que tuvo línea ofensiva (Average/Promedio de embasado/Slugging) de .478/.538/1.043.
Esa jornada, además, marcó el cierre de su presencia en los diamantes de la isla.
El 9 de marzo de 2024 reapareció en el Estadio 26 de julio de Artemisa con un tubey, en jornada que sumó otro doblete y un cuadrangular, además de una base robada, como para demostrar que lo que bien se aprende nunca se olvida.
Y después llegó el debut en el estadio Latinoamericano, el templo mayor. Confieso que hace poco pasaba por el Coloso del Cerro, y entré solo para verlo batear por primera vez en esta Serie.
Con Alexei y Yasmany Tomás, vestido con el traje de Industriales desde la primera fecha del torneo, regresa el deseo de los aficionados de ir al estadio a ver a peloteros estrellas. Dos big leaguers juntos en primera base. ¡Quién lo hubiera imaginado hace unos años!
No siempre uno no tiene el privilegio de disfrutar de un jugador con nueve temporadas en Grandes Ligas, con dos Bates de Plata, un Juego de Estrellas, y con actuación hasta como lanzador. Sin hacer mucho ruido, Alexei fue un pelotero regular y con guarismos aceptables (.270/.307/.392 como línea ofensiva, con 1387 jits y 115 jonrones)
Apenas salió al círculo de espera en el Latino, un furibundo industrialista le gritó: “Alexei, aquí es donde hay que batear”. Él, que nunca buscó los focos mediáticos ni encaró a nadie, le respondió: “Yo estoy probado en todos lados”.
Cuando llegó al home, todos los aficionados que estaban disfrutando el deprimido clásico occidental de la pelota cubana, se pararon, y con una larga ovación demostraron el respeto que le profesan. Alexei levantó el casco en señal de respeto y reciprocó el gesto para todos.
Juan Carlos Arencibia estaba en tercera, y con cohete al jardín izquierdo lo trajo para