En menos de tres meses, Alberto podría estar sobrevolando el Atlántico. No es un avión, un globo, un misil, un papalote, un zepelín. Es el nombre de la primera tormenta tropical que sobrevendrá en la temporada ciclónica atlántica que arranca el primero de junio y que se anticipa cruel y desmesurada por la presencia del fenómeno de La Niña.
A esa poca distancia de los peligros meteorológicos, un docente de la Universidad de Houston nos recuerda nuestra fragilidad ante una naturaleza que, cíclicamente, se torna brutal.
Hace más de un año, el profesor Luis Duno-Gottberg (Caracas, 1968) tuvo una serie de conversaciones informales con la curadora cubana Claudia Arcos. Esas pláticas se convirtieron al cabo en la exposición La furia del viento, que el viernes 8 de marzo fue inaugurada en la Fototeca de Cuba.
Vía electrónica, Duno-Gottberg se mostró solícito a responder el cuestionario de OnCuba.
La pesquisa indaga en las motivaciones personales y las perspectivas académicas que tuvo este apasionado investigador de las realidades latinoamericanas para adentrarse en los desmanes provocados por lo que muchos llaman, con cierta reverencia temerosa —pero merecida—, la Madre Naturaleza.
Integran La furia del viento los fotógrafos y cineastas cubanos Moisés Hernández, Ernesto Ocaña, Santiago Álvarez, Samuel Feijóo, Marta María Pérez Bravo, Raúl Cañibano, Armando Capó, Alfredo Sarabia Fajardo y Manuel Almenares.
¿Cuál es el punto cero de esta muestra?
Hace poco más de un año venía desarrollando un trabajo muy amplio para construir un “archivo crítico” de la fotografía de desastres naturales en América Latina y el Caribe. Este trabajo continúa, pero el caso cubano cristalizó de un modo extraordinario en una exposición, un catálogo y un libro.
¿Cuál fue su idea primigenia?
Mi idea original era no sólo sistematizar los archivos existentes, sino desarrollar también una tipología e incluso una taxonomía para entender la fotografía de catástrofes naturales.
¿Y qué tal la reacción de Claudia Arcos, la curadora?
Claudia Arcos respondió de manera entusiasta y profesional a aquella invitación y, gracias a su vasto conocimiento de los archivos y la fotografía cubana, pudimos reunir materiales que abarcan más de 120 años de historia.
Sin embargo, no se trata de una muestra exhaustiva ni totalizante, sino de un “recorte” en el tiempo que busca revelar puntos ciegos de la historia y sorprender a la audiencia.
Pensamos que, en tanto primer esfuerzo por visualizar el archivo del desastre natural en Cuba, La furia del viento es una contribución muy importante.
Nuestro máximo deseo es que a partir de ahora, se desarrollen más conversaciones y aparezcan nuevos archivos, sugerencias, ideas… De hecho, invitamos a que los interesados en el tema nos escriban con preguntas, ideas, pistas.
Por último, hay que decir que un motor fundamental del proyecto reside en la pasión de Claudia Arcos por los archivos fotográficos de la nación cubana.
¿Qué opinión le merece la fotografía cubana en materia de desastres naturales y cómo las tecnologías han modificado las perspectivas visuales de los autores?
La fotografía cubana ha capturado minuciosamente la destrucción causada por fenómenos naturales. En los archivos que hemos consultado hay ejemplos que datan de principios del siglo XX. Mucha de esta fotografía podría ser clasificada como fotoreportaje. Otros ejemplos constituyen inventarios técnicos del desastre, documentando tanto alteraciones del paisaje (urbano o natural), como fallas estructurales en edificaciones y vías de comunicación.
Sin embargo, existe otro cuerpo de trabajos que trasciende explícitamente la pulsión documental. Son obras de arte volcadas a “lo sublime” o lo misterioso de la catástrofe natural.
En un libro que está casi listo que publicaré con Iberoamericana Vervuert (Madrid), propongo que los distintos ejemplos de la fotografía de eventos naturales catastróficos constituye lo que denomino una “visualidad del desastre”.
¿De qué va el concepto?
El concepto es importante porque exige ver estas imágenes dentro de un sistema de representaciones preciso, históricamente conformado y susceptible de un análisis metódico. En estas fotos podemos identificar características y funciones recurrentes que suponen un “género” o “sub-género” dentro de la fotografía de sucesos-paisajes-catástrofes.
En los fondos trabajados aparece Diario de Cuba. ¿Podría referirse a esa fuente, para que no sea confundida con un medio digital de igual nombre de la actualidad?
Gracias por esta precisión, porque, en efecto, nos referimos al Diario de Cuba de principios del siglo XX, en Santiago de Cuba.
Allí hemos descubierto expresiones del trabajo de fotógrafos poco conocidos, pero fundamentales para la historia cubana.
Curriculum vitae. Síntesis
Luis Duno-Gottberg se especializa en la cultura latinoamericana y caribeña desde el siglo XIX hasta la actualidad, con énfasis en “raza” y etnia, política y violencia.
Su proyecto de libro actual, Gente peligrosa: hegemonía, representación y cultura en la Venezuela contemporánea, explora la relación entre la movilización popular, la política radical y la representación política en ese país.
Su trabajo anterior y en curso sobre “comunidades carcelarias” indaga la vida diaria de estos entornos penitenciarios; desde Venezuela y Brasil hasta la República Dominicana, como un orden biopolítico específico que afecta a la sociedad civil e