Hace unos meses se anunció que habría modificaciones en el Decreto-Ley 46/2021 “Sobre las micro, pequeñas y medianas empresas”. El objetivo de los cambios es regular distorsiones y adaptar el funcionamiento de este actor económico, según las deficiencias detectadas desde la entrada en vigor del documento el 19 de agosto de 2021.
Todavía no se han promulgado las nuevas normas, pero en la Asamblea Nacional de diciembre de 2023, noticiada por Cubadebate, el primer ministro, Manuel Marrero, adelantaba conceptos a tener en cuenta en la futura normativa.
Primero, se mencionó la necesidad de “promover la constitución de empresas mixtas entre entidades estatales y mipymes privadas”. En el referido decreto no se incluyó la posibilidad de constituir empresas mixtas entre mipymes privadas y empresas extranjeras, como recoge el actual Decreto-Ley, cuyas normas complementarias no han sido aprobadas. Este aspecto, muy reclamado por mipymes nacionales y por empresarios extranjeros, por algunas razones, podría dar un vuelco absoluto al estado de la inversión extranjera en el país.
Seguidamente, se recogió la necesidad de “aprobar la norma jurídica que establezca los principios para las relaciones entre actores estatales y no estatales”, delineándose algunos aspectos de la futura norma, cuando se agregaron los siguientes comentarios del premier:
“¿Cómo es posible que una empresa estatal alquile sus talleres, en vez de encadenarse? Eso es ceder su capacidad productiva. ¿Qué futuro tienen esos trabajadores?”.
“Proponemos el encadenamiento, pero el verdadero encadenamiento productivo. ‘Tengo el taller, los mecánicos, pero no las piezas. Y usted, de la mipyme, tiene financiamiento para arreglar maquinaria y echar a andar de conjunto, repartir beneficios, rescatar capacidades subutilizadas”, manifestó Marrero en la referida reunión.
Me parece ingenuo pensar que las mipymes privadas estarán ansiosas de poner su financiamiento y recursos para que la empresa estatal produzca y gestione y entre ambas se repartan las utilidades. Tampoco lo ha estado el capital extranjero.
Esta idea parte del erróneo concepto de que a las empresas estatales lo único que les hace falta es financiación.
En el mundo empresarial suele asegurarse que los emprendedores enfrentan muchos problemas, incluido el de la financiación; pero de esos problemas, el del dinero suele ser el menor.
Después de constituida una empresa y aportado un capital inicial, si un emprendedor tiene un negocio estable y promisorio, un producto demandado, un mercado, una generación de ingresos y buenas utilidades, en el exterior la financiación suele aparecer sin mayores dificultades.
Pero financiar en Cuba una actividad en la que los trabajadores no están debidamente estimulados, en la que existen múltiples n