Foto: tomada del perfil de la Selección Mexicana de Béisbol en Facebook.
10 / marzo / 2024
El sábado 9 de marzo de 2024 arrancó la 63 Serie Nacional de Béisbol, el principal evento deportivo de Cuba y, de paso, el único prioritario para el Gobierno y el que mínimamente cuenta con determinados recursos y materiales.
No voy a hablar de resultados y favoritismos porque este «bebé» apenas da sus primeros pasos, aunque a priori los Cocodrilos de Matanzas, los Leñadores tuneros (actuales campeones) y los Leones capitalinos son aspirantes serios al título de la temporada.
Aunque Armando Ferrer, el veterano mentor matancero, quiera restarle peso a su novena campaña, la realidad es que pese a las bajas continúa siendo el equipo más compacto de la pelota cubana.
«Tenemos muchas bajas sensibles en el equipo, sobre todo en el staff de picheo, pero nunca hemos renunciado a poder estar en los playoffs, siempre les hemos inculcado a los atletas que tenemos que seguir defendiendo los colores de nuestra provincia y vamos a luchar por ello», precisó Ferrer esta semana a la Agencia Cubana de Noticias (ACN).
El timonel de los Cocodrilos pidió mantener «la esperanza» para la 63 Serie Nacional porque ellos iban a «luchar por la clasificación». También agregó: «Tenemos que darle confianza a los que se quedaron y hacer el trabajo de los que no están. Nosotros estamos adaptados a eso».
Si a Matanzas le afectan las bajas, ¿qué se podrá esperar para el resto de los equipos diezmados por la emigración constante de los prospectos beisboleros?
La Serie Nacional naufraga en su baja calidad, entre la escasez habitual, decenas de veteranos en las filas y otros cuantos «quinceañeros». Las figuras no existen, más allá de los que acumulan más de cuatro décadas en sus costillas.
Según el estadístico cubano Arnelio Álvarez de la Uz, una veintena de jugadores de 40 años o más verán