MADRID, España.- Bobby Fischer, el genio del ajedrez estadounidense, que hubiera cumplido este 9 de marzo 80 años, visitó Cuba en dos ocasiones.
El primer viaje (1956), con solo 12 años, Fischer llegó a la Isla como parte de una gira de aficionados. A bordo del barco City of Havana, compartió espacio con personajes peculiares, como un estafador que había estado en Alcatraz con Al Capone y un neonazi. Durante esta visita, Fischer ganó su primera partida contra un maestro de ajedrez, el cubano José R. Florido, y participó en sus primeras simultáneas.
Su estancia en Cuba también incluyó juegos de béisbol en las calles habaneras.
En 1965, en plena Guerra Fría y con su madre bajo vigilancia del FBI, Fischer tenía previsto participar en el Memorial Capablanca en La Habana. Sin embargo, el Departamento de Estado de Estados Unidos le prohibió viajar físicamente.
Fischer aceptó jugar por teléfono, utilizando primero telegramas y luego un teletipo alquilado. Las jugadas recorrían los dos m