El 8 de marzo se conmemora la lucha de las mujeres por la igualdad y el ejercicio real de sus derechos, por ello, en la mayoría de los países, salen a las calles en marchas y desfiles por sus reivindicaciones.
El triunfo de 1959 abrió a las cubanas nuevos avances, pero el experimento de igualdad nació coartado por la condicionalidad política.
“Ser mujer en cualquier contexto y en cualquier época, siempre ha sido difícil. Sobre nosotras recaen muchas cargas. En Cuba, es muy difícil también, independientemente del discurso político que habla de la igualdad salarial, cosa que es una realidad, pero tenemos muchos retos y muchas dificultades como mujeres. En primer lugar, desde el punto de vista legal no hemos logrado que se apruebe una Ley de Género, a pesar de todas las solicitudes a la Asamblea Nacional que han hecho activistas feministas”, indicó la intelectual matancera Alina Bárbara López Hernández.
La académica se refirió a la única entidad legal en Cuba que puede arrogarse la condición de defensora de las mujeres: la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).
“Asume que representa todo el conjunto de aspiraciones de las mujeres, lo cual no es cierto. Está evidente en sus congresos, en sus proyecciones. Es una organización que se quedó anquilosada en el tiempo, aun cuando en el momento en que surgió despertó mucha simpatía, pero a lo largo del tiempo ha mostrado no ser una representante de los intereses femeninos y feministas”, puntualizó.
“Es una agrupación formal que agrupa mujeres; o sea, como todas las organizaciones de la sociedad cubana, oficiales aprobadas por el partido (Partido Comunista de Cuba), ellos le dan un gran valor a la unión ideológica y eso, por supuesto, deja fuera a múltiples voces femeninas que tienen otra perspectiva pero que hacen críticas al sistema que no están de acuerdo con el modelo de partido único y eso obviamente, las deja por fuera. Además, la organización, como tal, en las bases está destruida, o sea, no funciona o funciona muy poco. Formalmente cotiza a sus miembros, pero hasta ahí”, subrayó.
López Hernández describió la ardua situación actual que atraviesan, en la actualidad, las mujeres en Cuba: “Hay muchas familias encabezadas por mujeres por los altos índices de divorcialidad, y por los altos índices de migración masculina y eso hace que muchas familias sea matrifocales y eso, en un país donde existe una crisis económica y social, donde la pobreza aumenta, las madres tienen que sustentar a sus hijos pequeños en condiciones sumamente dramáticas. Tienen además que cuidar a sus mayores, a sus ancianos, las que tienen familias ampliadas con sus padres, que es una gran cantidad”.
“En el caso de las mujeres que, desde el punto de vista intelectual tenemos una perspectiva política diferente a la del modelo imperante, pues es totalmente difícil, somos perseguidas. Seguridad del Estado es un organismo profundamente machista, misógino, no respeta a las mujeres por el simple hecho de no sólo ser ciudadanas, de ser una voz que debe ser respetada, sino por su condición de mujer, y eso es una situación que en el caso de Cuba va in crescendo: la persecución a las madres de los pres