La Habana, 29 feb.- El acceso a tecnologías para hacer sostenibles los procesos agropecuarios y minimizar pérdidas es uno de los principales desafíos identificados por un grupo de líderes y lideresas de fincas en Cuba enfocados en impulsar la agricultura y economía circular.
Una veintena de ellos se reunieron el 22 de febrero en la finca agroecológica Vista Hermosa, en la periferia de La Habana, como parte de un movimiento en ciernes que busca aglutinar a quienes gestionan tierras bajo principios de innovación, sostenibilidad, agroecología, así como modelos de producción y consumo circulares.
La reunión, a la cual fue invitada IPS, fue organizada por la Embajada del Reino de los Países Bajos en Cuba y la Organización de las Naciones Unidas para Alimentación y la Agricultura (FAO), entidades que desde 2019 promueven, conjuntamente con el Ministerio de la Agricultura (Minag) y otras instituciones, una estrategia para estimular ese modelo de producción.
“Se nos dificulta acceder a equipamiento, piezas e insumos para que nuestros productos sean competitivos en mercados internacionales. Esa tecnología es cara y hay que importarla”, identificó Onay Martínez de la finca agroecológica Tierra Brava del municipio de Los Palacios en la occidental provincia de Pinar del Río.
“Nuestra idea es abrir caminos sustentables para el acceso a tecnologías, pero desde modelos de negocios. Existen las empresas, la demanda, el interés del país y la necesidad de esa producción. Solo queda diseñar apropiada y sustentablemente y presentar propuestas a las personas tomadoras de decisiones”: Yuhina Mangly.
Con 32 hectáreas, Tierra Brava se especializa en cultivos frutales, de los cuales producen más de 200 toneladas al año, aunque también desarrolla la cría de ganado menor. En 2022 se convirtió en la primera finca cubana declarada Área con manejo sostenible de tierra.
Aunque en la isla es posible acceder a créditos bancarios con tasas de interés beneficiosos para algunas actividades, “nuestros bancos todavía no financian proyectos o iniciativas para importar esas tecnologías”, expuso Martínez.
Consideró fundamental, “el acceso a tecnología más eficiente para la refrigeración y deshidratación de alimentos”, este último proceso “con un potencial interesantísimo y una creciente demanda en el mercado internacional”.
Otros opinaron que para la conservación de alimentos de forma sostenible sería idóneo disponer, mediante créditos, subsidios u otras formas, de pequeños contenedores refrigerados alimentados por paneles solares fotovoltaicos para preservar frutas y cosechas.
También insistieron en la ventaja que brindan los acumuladores para mantener la electricidad las 24 horas, bombear agua y otras actividades en las fincas.