El conjunto de medidas anunciadas por el gobierno a fines del 2023 ha desatado preocupaciones producto de los impactos a corto plazo que se derivarán del alza de precios en el combustible, en el uso de algunos medios de transporte y en la electricidad a partir de ciertos niveles de consumo.
Alza que denota la insostenibilidad de seguir manteniendo ciertos precios al margen de lo que ocurre en la economía mundial, sacudida por tensiones geopolíticas, incertidumbres y trastornos en las cadenas de suministro y la transportación marítima y sus respectivos efectos sobre la inflación.
El panorama para 2024 – al decir de organismos internacionales- no resulta muy halagador en cuanto a estimaciones de crecimiento económico. Y para Cuba, además, se suma el omnipresente bloqueo en «modo plus». Todos, de conjunto, factores que actúan fuera de nuestro control.
Asuntos internos
Dicho lo anterior, no puede soslayarse que en la situación de estancamiento e inflación por la que se atraviesa están presentes asuntos internos cuya solución es perentoria, pero que por su magnitud no será inmediata. Razón de más para emprenderla.
Una lista incompleta de tales asuntos incluye la estructura de las inversiones, la dinámica y composición de las exportaciones, los impactos del diseño y secuencia de la «Tarea Ordenamiento», el manejo del mercado cambiario y del elevado déficit fiscal, el comportamiento de los sectores energético y agroalimentario, el desplome de la agroindustria azucarera , las limitaciones del mecanismo de asignación de recursos, todos problemas que recurrentemente s