Por Lourdes Moreno Cazalla, Universidad Nebrija
En el año 2023, la música urbana latina logró dominar las listas de éxitos internacionales en las principales plataformas de música en streaming. A nivel internacional, este género representa ya una cuarta parte de las listas globales.
Pensémoslo por un momento. La música en español está por todas partes, le guste o no, tenga la edad que tenga, incluso si viaja a otro país: en hilos musicales, en los bares, en las clases del gimnasio –donde no pueden faltar temas de María Becerra o Manuel Turizo–, en las fiestas del colegio –“Waka Waka” es un clásico–, en los anuncios publicitarios –Bad Bunny es el nuevo Britney Spears–… Hasta en un éxito de Hollywood como Barbie escuchará “Watati” de Karol G.
La explosión de la música urbana latina conlleva una expansión natural del español a nivel internacional. El español es ya la tercera lengua más extendida en el planeta, con casi 600 millones de hablantes. En el ámbito de la industria musical, el público potencial es aún más amplio.
En el Observatorio Nebrija del Español hemos analizado este fenómeno, su éxito y sus retos de futuro.
Visual y viral
El español es la tercera lengua más utilizada en internet después del inglés y del chino. El reguetón –un género considerado marginal en sus inicios– creció a la vez que lo hacía YouTube, plataforma cuyo ecosistema digital se centró al principio en compartir contenidos musicales de uso gratuito.
Así, en las dos primeras décadas del siglo XXI la música urbana latina supo explotar las posibilidades que ofrecía la tecnología digital para expandirse. Esto se ve en los casos ya icónicos del primer gran éxito de Daddy Yankee, “Gasolina”; en el impacto global de “Despacito”, de Luis Fonsi (y, otra vez, Daddy Yankee); o en la actuación de Jennifer López y Shakira durante la Super Bowl de 2020, sin olvidar al referente incuestionable de este género, Bad Bunny.
El análisis de los datos e indicadores seleccionados en mi estudio permite afirmar que, a lo largo de los cuatro últimos años, y en especial en 2022 y el primer semestre de 2023, la música urbana latina registró un incremento muy significativo en la circulación y el consumo digital, especialmente en los servicios de música en streaming.
Del spanglish al orgullo latino
El mercado musical hispano ha sido codiciado desde hace décadas. Por ejemplo, muchos cantantes italianos desarrollaron sus carreras gracias a las grabaciones de sus discos en español para vender y hacer giras por toda América Latina.
Curiosamente, mientras Eros Ramazzotti, Laura Pausini y Tiziano Ferro seguían esta senda, a finales del siglo XX los artistas latinos recurrían al spanglish (mezcla de español e inglés) para adentrarse en el mercado anglosajón. Podemos recordar así la versión remix de “La Macarena”, que hacía bailar a los votantes de Bill Clinton, y cómo Ricky Martín agitó al auditorio en los premios Grammy de 1999 con “La copa de la vida”.
Hoy en día, esta variedad ha quedado relegada. Las nuevas generaciones de músicos emplean el español para reafirmar un sentimiento de orgullo, de latinidad.
La latinidad en la producción de música urbana está ligada a los procesos migratorios y de cosmopolitización. Para la comunidad latina, la música supone una represe