Creer o dar por hecho de que las restricciones económicas y políticas impuestas los cubanos —desde el exterior o desde dentro— han limitado por completo la actividad creativa de los artistas es una idea que, cuando menos, carece de sostén rea. En la mayoría de los casos―según de dónde venga― suele estar contaminada por extremismos y/o polarizaciones. Hablemos particularmente de los creadores de las artes visuales, no importan las posturas ideológicas que defiendan, ni la relevancia que alcancen sus obras al estar a favor o en contra del sistema político en Cuba. La realidad es que existen y han alcanzado un sólido e incuestionable prestigio internacional.
Algunos, fundamentalmente los que viven dentro de la Isla, con limitaciones al acceso de pinceles, pinturas, lienzos y materiales de todo tipo y otros con mayores posibilidades para trabajar. Buena parte, con o sin la ayuda de instituciones culturales cubanas, han logrado llegar al difícil mercado internacional y sus obras llaman la atención de coleccionistas, curadores, críticos… Que el arte cubano exista y tenga valor en los circuitos de arte internacional: ferias, casas de subastas, museos… es motivo de orgullo y de eso se han hecho eco revistas especializadas y grandes medios como Huffington Post, New York Times, entre otros.
Arte cubano en Europa
En ese empeño de promoción y acercamiento ―a España y Europa― nació en 2023 el proyecto transdisciplinar Veo islas. En la edición del pasado año, por ejemplo, el equipo curatorial aglutinó medio centenar de piezas de creadores cubanos de muy diversos estilos y cosmovisiones —estéticas y políticas— como Roberto Fabelo, Eduardo Roca (Choco), Flora Fong, Rafael Zarza, Ángel Ramírez, Tomás Sánchez, Eduardo Abela, Vicente Rodríguez Bonachea, Rigoberto Mena, Alicia Leal y otros. Antes de comenzar la segunda edición en el mes de marzo conversamos con la artista visual y fundadora de Veo islas, Liudmila López Domínguez.
¿Acaso son escasos e inaccesibles los espacios de difusión para los artistas visuales cubanos en Europa?
No son escasos, y mucho menos inaccesibles, los espacios a los cuales los artist