LA HABANA, Cuba.- En más de una ocasión, los cubanos de ideas contrarias al castrocomunismo hemos deplorado acciones realizadas por órganos de las Naciones Unidas que, de un modo u otro, sirven de apoyo y respaldo al régimen dictatorial asentado en La Habana. Entre ellas se destacan las votaciones anuales que realiza la Asamblea General para “condenar el bloqueo contra Cuba”; también las actividades en el Consejo de Derechos Humanos.
En el plano personal, sobre el primer asunto no deja de llamar mi atención la votación abrumadora que, año tras año, obtiene el régimen castrocomunista en apoyo al proyecto de resolución que presenta. Sin que se preste importancia a que en esos documentos, empleando la misma terminología tergiversadora diseñada en los laboratorios ideológicos de La Habana, se hable del “Bloqueo”.
Es el caso que el derecho internacional proscribe el bloqueo, salvo cuando existe guerra. Claro que esto se refiere a la prohibición formulada por un Estado (y apoyada como regla en la presencia de sus naves de guerra) para impedir que terceros países comercien con el afectado.
Como todos sabemos, esto jamás ha existido en Cuba. Pero ello no ha impedido que se siga utilizando esa terminología tan grata al castrismo, ni que ella reciba el aval de países serios, cuyos representantes saben perfectamente que las medidas adoptadas por Estados Unidos para limitar el comercio con la Gran Antilla nada tienen que ver con lo que el derecho internacional conoce como “bloqueo”.
Donde las dan las toman
En el caso del Consejo de Derechos Humanos (cuya creación como órgano fundamental de la ONU en sustitución de la Comisión de la misma especialidad despertara tantas esperanzas en su momento), se observa una situación parecida. Los estados que son sistemáticos violadores —como la misma Cuba— pasan el Examen Periódico Universal con algunas breves observaciones de países democráticos (las cuales son de agradecer, pero que son ignoradas de modo olímpico, sin mayores consecuencias). Para colmo, esos mismos violadores sistemáticos son electos y reelectos como miembros del Consejo.
Todo lo anterior es cierto. Pero, como reza la frase popular, donde las dan las toman… Y tras tantas veces que el régimen dictatorial de La Habana ha salido airoso en órganos de las Naciones Unidas, no