Foto: jared422_80 / Flickr.
4 / febrero / 2024
A estas alturas, habrán transcurrido las primeras jornadas de la Serie del Caribe en el loanDepot Park de Miami, en el que las novenas campeonas de las ligas invernales de República Dominicana, Puerto Rico, México, Nicaragua, Panamá y Curazao discuten el prestigioso título regional. No está Cuba, pero sí hay varios peloteros cubanos.
La actual serie caribeña tiene mucho de histórica. Es la primera vez que el campeonato se disputa en un estadio de Grandes Ligas —el de los Marlins de Miami—. Aunque la ciudad floridana había sido sede en dos oportunidades, han pasado más de tres décadas desde la última vez.
El éxito de la fase final del V Clásico Mundial convenció a los empresarios del equipo miamense de acoger la Serie del Caribe en una ciudad en la que abunda la comunidad latina.
«Miami es una sede atractiva, comenzando por la temperatura y siguiendo por su gran infraestructura, incluyendo el maravilloso estadio de los Marlins, y la composición de la población, que es un crisol latinoamericano», dijo a ESPN Juan Francisco Puello Herrera, comisionado de béisbol del Caribe.
Para el funcionario, la apuesta por Miami es una ganancia segura —con más de 340 000 entradas vendidas hasta el momento y millones de dólares recaudados—.
«Las expectativas están en un nivel alto y solo queda esperar que tengamos un gran espectáculo en el campo (…). Tenemos varios encuentros que superan los 30 000 aficionados», señaló Chema Sánchez, mentor de desarrollo de negocios de los Miami Marlins.
A nadie ha defraudado Miami como sede de la Serie del Caribe, excepto a las autoridades del béisbol cubano. En pleno apogeo de la lid caribeña, los de la Federación Cubana de Béisbol (FCB) volvieron a darse golpes en el pecho y señalar la ciudad como la culpable de la exclusión de la isla en el evento.
A través del medio oficialista Jit, los federativos del b