Las parrandas de Zulueta surgieron alrededor del año 1894 y se celebran actualmente cada 31 de diciembre. La fiesta es una competencia amistosa entre dos barrios: La Loma (Chivos) y Guanijibes (Sapos), representados por los colores rojo y azul. Al ritmo de conga ferviente y contagiosa se saludan los mencionados oponentes con un espectáculo de cohetes voladores de fondo.
Un elemento muy importante y extraordinario de las parrandas son las carrozas; obras de arte producidas gracias al ingenio, talento y sacrificio de los pobladores durante un año entero.
A medida que avanza la jornada y llega la noche la atmósfera se torna muy densa. El inolvidable olor a pólvora y el retumbe de los incesantes morteros se adueñan de Zulueta hasta el amanecer; gran variedad de fuegos artificiales y efectos lumínicos deslumbran a todos los parranderos. Las emociones desbordan a los competidores que se disputan el mejor puesto entre pancartas, consignas y jaranas. Al final ganan todos por su devoción, respeto y solidaridad, logrando mantener viva tan ilustre y centenaria tradición, nombrada por la Unesco Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Sobre el autor
Alberto Morales
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