En 2015 la Organización de Naciones Unidas (ONU) adoptó los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), un conjunto de metas enfocadas en “poner fin a la pobreza, proteger el planeta y garantizar que para el 2030 todas las personas disfruten de paz y prosperidad”.
Estos sustituyeron a los Objetivos de Desarrollo del Milenio, planteados en el 2000, y cumplen tres principios: 1) son universales, pues se aplican a todos los países; 2) transformadores, debido a que ofrecen un cambio de paradigma hacia un desarrollo sostenible, en comparación con el modelo tradicional de desarrollo; y 3) civilizatorios, dado que contemplan el respeto hacia la igualdad, la no discriminación y la responsabilidad de los Estados de respetar, proteger y promover los derechos humanos.
Periodismo de Barrio responde varias preguntas esenciales para comprender el tema y las acciones desarrolladas por Cuba para cumplirlos.
¿En qué consiste cada ODS?
Los 17 ODS fueron aprobados como parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible y cuentan con 169 metas específicas y 231 indicadores de cumplimiento.
El primero se enfoca en erradicar todas las formas de pobreza, a través de una mayor atención a las personas vulnerables y el apoyo a las comunidades afectadas por conflictos y desastres relacionados con el clima; el segundo busca eliminar el hambre y la desnutrición con la promoción de prácticas agrícolas sostenibles y el acceso igualitario a recursos y tecnologías; el tercero se centra en la cobertura universal de salud para abordar desigualdades; mientras el cuarto se orienta a garantizar la educación gratuita primaria y secundaria, así como el acceso igualitario a la formación técnica y la eliminación de disparidades de género e ingresos.
Por su parte, el quinto se dirige a lograr la igualdad de género con el empoderamiento de mujeres y niñas y el acceso a recursos, derechos y salud reproductiva; el sexto propone la disponibilidad universal de agua potable con la inversión en infraestructura y prácticas de higiene; el séptimo consiste en la energía asequible y no contaminante para el crecimiento sostenible y la preservación ambiental; el octavo plantea impulsar el crecimiento económico, fomentar el empleo y erradicar el trabajo forzoso; el noveno promueve el acceso igualitario a la información, la innovación y el desarrollo sostenible a través de inversiones en infraestructura; y el décimo aboga por políticas sólidas que empoderen a personas de bajos ingresos y promuevan la inclusión económica y la regulación de mercados.
A su vez, el onceno busca mejorar la sostenibilidad urbana mediante acceso a viviendas seguras, transporte público y planificación inclusiva; el duodécimo promueve la gestión eficiente de recursos, la reducción de desechos y patrones sostenibles de consumo; el décimo tercero se centra en la acción por el clima, al resaltar la urgencia de apoyar a las regiones más vulnerables y la adopción de medidas colectivas para limitar el aumento de la temperatura global; el décimo cuarto busca proteger los ecosistemas marinos y abordar la contaminación, a través de la conservación y el uso sostenible de los recursos oceánicos.
De igual forma, el décimo quinto propone la disminución de la pérdida de hábitats naturales y biodiversidad; el décimo sexto se enfoca en reducir la violencia, fortalecer el estado de derecho, promover los derechos humanos y las soluciones duraderas a conflictos; mientras que el último se centra en la necesidad de alianzas globales y cooperación para el cumplimiento de los ODS, a través de la asistencia para el desarrollo, un sistema de comercio equitativo y la asignación de recursos financieros adicionales para la ayuda al desarrollo.
¿Cómo se implementan en Cuba estos objetivos?
Para el cumplimiento de los ODS se creó el Grupo Nacional para la implementación de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, el cual es presidido por el Ministerio de Economía y Planificación (MEP). Al mismo tiempo, diferentes organismos son los encargados de crear las políticas y poner en prácticas las acciones relativas a cada objetivo en específico, en coordinación con otras instituciones.
En 2021, el país presentó el I Informe Nacional Voluntario acerca de la implementación de los ODS en el territorio ante el Foro Político de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre Desarrollo Sostenible, donde se exponían los principales avances en cuanto a la puesta en práctica de los ODS.
Uno de los indicadores empleados para evaluar la pobreza es el Índice de Desarrollo Humano (IDH), el cual mide el desarrollo humano de un estado a través de dimensiones de salud, educación y economía. En Cuba, este ha aumentado de 0,680 a 0,783 desde 1990 a 2019, y la Isla se ubica en el lugar 70 del ranking mundial de 189 países.
Al mismo tiempo, el documento presentado ante la Organización de Naciones Unidas (ONU) cita resultados de 2017 del Índice de Pobreza Multidimensional, donde el 0,002% de la población se encontraba en esta situación y el 1,6% era vulnerable a la pobreza.
Este índice evalúa tres dimensiones: salud, educación y estándares de vida y tiene en cuenta factores como la nutrición, la mortalidad infantil, los años de escolaridad, la asistencia escolar, los materiales con que está construida la vivienda, la posesión de electrodomésticos y el acceso a electricidad, combustible para cocinar, sanidad, y agua potable, explica la Iniciativa para el Desarrollo Humano y la Pobreza de la Universidad de Oxford.
Sin embargo, el VI Informe sobre el Estado de los Derechos Sociales en Cuba, elaborado por el Observatorio Cubano de Derechos Humanos (OCDH), mostraba una realidad diferente de la presentada en el documento preparado por Cuba. Según una encuesta realizada por esta organización, el 88% de los cubanos vivían en pobreza extrema en 2023, un 13% más que la cifra existente el año anterior.
En cuanto a la seguridad alimentaria, en los últimos años el país ha implementado un conjunto de medidas, políticas y programas destinados a mejorar la producción agropecuaria, eliminar la desnutrición y promover el manejo sostenible de los recursos. No obstante, el valor agregado del sector agropecuario ha presentado un crecimiento anual negativo desde 2019, de acuerdo con cifras del Banco Mundial.
De igual forma, la contribución de este sector al Producto Interno Bruto (PIB) de la Isla ha experimentado un d