—Cubadebate publica un artículo titulado «Cinco de las preguntas más apasionantes que la ciencia aún no ha podido responder».
—Eso pasa cuando no se le consulta al presidente. Después de defender su tesis, cuya mayor innovación es la de ser un Doctorado, es capaz de responder cualquier cosa.
—No es cualquier cosa una de las cinco preguntas que replica la publicación de Ideas Multimedios: «¿Qué es la consciencia?».
—Desde pequeño tengo mis dudas. Oigo hablar de «consciencia», pero mucho más de «conciencia», que, según el Gobierno, es de lo que adolece el pueblo para darse cuenta de lo bien que lo dirige.
—«La consciencia es la capacidad del ser humano para percibir la realidad y reconocerse en ella, mientras que la conciencia es el conocimiento moral de lo que está bien y lo que está mal, en base al conocimiento de sí mismo y de su capacidad para actuar sobre su entorno».
—Para el caso cubano, ambos términos se entrelazan. Allá arriba sobran gente que no perciben la realidad, no se reconocen en ella, no disciernen entre el bien y el mal, solo tienen conocimiento de sí mismos y poseen una nula capacidad para actuar sobre el entorno.
—La consciencia no solo nos permite «responder a toda clase de señales ambientales, sino también a retener información».
—Retener información es lo que hacen, y muy bien, nuestros órganos de prensa.
—Nos