Cuando se hizo público que María Elena Llana (La Habana, 1936) había sido la elegida para el Premio Nacional de Literatura 2023, las reacciones de júbilo de una gran cantidad de personas se mostraron en las redes sociales y no pocos comentarios expresaron que al fin se había hecho justicia, porque hacía mucho tiempo que la autora de Casas del Vedado lo merecía.
María Elena Llana es uno de los nombres significativos de la narrativa cubana. Sus cuentos logran una magia en la que lo fantástico, lo absurdo, lo sobrenatural, se posesiona del relato, y la realidad, los hechos, los personajes, viven en una dimensión otra hacia donde el lector es abducido.
Ahora que la relevancia de su literatura ha sido reconocida, se impone hablar de sus cuentos, pero también de su periodismo y de su labor para la radio y la televisión. En una conversación con ella, todo su quehacer debe estar presente.
El periodismo, la televisión y la radio
Desde el inicio, como una confesión, sin hacerle las trilladas preguntas de cómo te convertiste en escritora, o en periodista, o cuánto le debe tu literatura al periodismo, María Elena me soltó de un tirón:
“No es que yo fuera periodista y quisiera escribir, es que como me gustaba escribir, estudié periodismo; y aprendí muy bien todas sus técnicas en la Escuela de periodismo Márquez Sterling; mis primeros trabajos fueron en la prensa plana, en el periódico Revolución; después, Gregorio Ortega me llevó hacia los noticieros de la televisión, donde estuve hasta 1961 en que me pusieron en Radio Reloj para cubrir la campaña de alfabetización.
Aunque no es una autora demasiado mediática, María Elena Llana se encuentra entre las mejores narradoras vivas de Cuba y una de las más representativas cultivadoras del cuento, en especial, de tema fantástico. Es autora, entre otros títulos, de La reja, Castillos de naipes, Ronda en el malecón, Apenas murmullos, Casi todo, Antología personal, En el limbo y Sueños, sustos y sorpresas. |
”Cuando terminó el año, fui a hablar con Gregorio, y le dije: te agradezco que me hayas traído aquí, así ya conozco el trabajo periodístico en la televisión y la radio, pero a mí me gusta la prensa plana, me gusta escribir; entonces, me dijo: aquí también puedes escribir y ganar un buen salario, desde tu casa, escribiendo para la radio”.
Como la idea le resultó muy atractiva,