MIAMI, Estados Unidos. – El año 2023 termina desolado con la prensa oficial minada de panegíricos interminables sobre la figura inamovible del dictador Fidel Castro, causante de tanta infelicidad.
La museóloga que cuida de su doctrina en el cementerio de Santa Ifigenia habló de numerosas visitas a la tumba estrafalaria, y de algunos que terminan anegados en llanto, como si estuvieran frente a la siniestra momia de Lenin en la otrora Plaza Roja.
El Ministerio de Cultura concedió su Premio Anual de Investigación a un libro que reúne la bibliografía de Armando Hart, a quien se deben, hoy por hoy, los disparates teóricos que provocan, precisamente, el descarrilamiento cultural de la nación.
Fungió como ministro del ramo y se atuvo a su abyecta admiración fidelista en textos y discursos que hoy debieran causar pavor y vergüenza y que, sin embargo, son beneficiados por una ordenada bibliografía de la Dra. Araceli García Carranza.
Durante su administración, entre los años 1976 y 1997, se ajustó el modo de lidiar con artistas e intelectuales “problemáticos” que ha llegado a nuestros días. Cuando Jesús Díaz tomó el camino del exilio, el ministro recomendó su aniquilación donde quiera que fuera encontrado.
Su capacidad de seguir satisfaciendo los intereses políticos del castrismo se disipó y perdió la plaza de cultura. Lamentablemente, Hart terminó dirigiendo el centro que funciona para estudiar y politizar la obra de José Martí.
Entre los 10 acontecimientos destacados de la cultura cubana en el 2023, según apunta el medio oficial CubaSí, figuran la obra de Fina García Marruz, excelsa poeta que sufrió los embates del régimen por su catolicismo antes de convertirs