Matanzas.–Cuando lo mataron tenía apenas 18 años de edad. Fue un día como hoy, el 5 de enero de 1961. Su gran «crimen» era el de ser maestro; el «delito» era llevar la enseñanza a los campesinos en las serranías espirituanas.
No portaba más armas que sus libros.
Fue por eso que bandas de alzados contrarrevolucionarios, elementos sin escrúpulos al servicio de EE. UU., le troncharon la vida luego de torturarlo con saña.
Odiaban el ejemplo que se materializaba con la noble idea de la campaña de Alfabetización, protagonizada por cientos y cientos de jóvenes en las montañas y los lugares más apartados.
Bueno, también lo mataron por «ser negro, pobre y revolucionario», como aseguró Fidel algún tiempo después.
Conrado Benítez, nacido en el seno de una familia humilde, en la barriada de Puebl