MADRID, España.- El universalmente famoso cabaret Tropicana fue inaugurado en la zona habanera de Marianao el 31 de diciembre de 1939, en los antiguos terrenos de la finca Villa Mina, que hoy comprenden la calle 72 entre 41 y 45.
Su nombre inicial fue Beau Site (B.S.), pero un año después sería bautizado como Tropicana, en alusión a la obra homónima del compositor y flautista cubano Alfredo Brito (1896-1954), estrenada allí, y por sugerencia de Sergio Orta, coreógrafo y director de espectáculos, primer coreógrafo de la instalación.
Sin embargo, el centro nocturno alcanzaría su mayor esplendor y reconocimiento internacional en la década de los cincuenta, cuando Martin Fox se convirtió en su único propietario y decidió remodelarlo, para lo cual contrató al destacado arquitecto y empresario cubano Max Borges (1918-2009), quien también dejó su impronta en obras como el Club Náutico y el panteón de la familia Núñez-Gálvez en la Necrópolis de Colón.
Para entonces se emplazaría a la entrada del cabaret el gran símbolo de Tropicana, la escultura llamada Ballerina, realizada por la artista plástica cubana Rita Longa (1912-2000). Después se sumaría el conjunto escultórico La Danza de las Horas o Fuente de las Musas, del escultor italiano Aldo Gamba, autor de otros monumentos en la Isla, y del que se supone murió en un campo de concentración.
En su obra El imperio de La Habana (1999) Enrique Cirules describe a la Tropicana de 1957: “Con sus arcos de cristal, Tropicana era ciertamente el más cautivante de los refugios; ofrecía sus mulatas de fuego; el bingo de moda, con diez mil pesos para el ganador; un restaurante con raras y excelsas exquisit