«Tenemos que buscar que el tránsito del 2023 al 2024 sea un tránsito de esperanza, sea un tránsito de realizaciones, sea un tránsito de consolidación de procesos que se iniciaron o que se profundizaron en el 2023; y el año 2024, necesariamente, tiene que ser un año en el que tiene que existir un impacto de mejora en la población».
Así reflexionó el Primer Secretario del Comité Central del Partido Comunista de Cuba y Presidente de la República, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, en la más reciente reunión del Consejo de Ministros, que estuvo dirigida por el miembro del Buró Político y primer ministro, Manuel Marrero Cruz. La intervención del dignatario cubano tuvo lugar luego de la presentación del primer punto de la agenda, referido a la implementación de las proyecciones del Gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía en el próximo año.
«Estamos terminando el 2023, que ha sido un año sumamente duro, y así lo reconoce el pueblo», subrayó. Un año –enfatizó– con un grupo de carencias, con un grupo de insuficiencias, con momentos muy dramáticos que hemos vivido y que forman parte de las complejidades, tanto desde el punto de vista económico como social.
El mandatario enumeró varios elementos esenciales que deben tenerse en cuenta para lograr una efectiva implementación, entre ellos una adecuada estrategia de comunicación política.
«Un asunto de tanta envergadura como un plan de medidas para transformar la situación económica y social que vive el país requiere de comunicación política, y tiene que ser abordado desde el punto de vista político», valoró Díaz-Canel, e insistió en que así debe ser en el transcurso de todo el proceso, «porque constantemente hay que estar estudiando impactos, estados de opinión, y hacer las correcciones necesarias».
Por lo tanto, enfatizó, «todos tenemos una alta responsabilidad con la implementación de estas medidas», para que realmente «provoquen un impacto de transformación en la situación del país».
Y todo ello, subrayó, requiere de varios elementos, entre los cuales destacó «un adecuado aseguramiento político integral, diseñado al detalle para poder avanzar». Asimismo, insistió en la necesaria discusión que debe hacerse en los núcleos del Partido, en los colectivos laborales, en las comunidades, y explicar, argumentar, para que nuestro pueblo entienda los beneficios.
En ese proceso, alertó, se necesita «preparar bien a los cuadros, a los funcionarios y a las personas que van a participar en la implementación de las medidas». En tal sentido, ejemplificó con una de las más favorables, asociada a «los incrementos en los ingresos, en determinada medida, para los sectores de la Salud y la Educación».
Ello, significó, tiene que empezar por una discusión con los colectivos sindicales, para que se entienda en qué y por qué los vamos a subir, cuáles son las esencias y la voluntad de esta medida, y por qué se priorizan estos sectores.
Lo que se ha diseñado, insistió el Jefe de Estado, «no es un paquete neoliberal, pues aquí nadie va a quedar desamparado». De ahí su insistencia en que todos los organismos involucrados en la implementación de una medida tienen que buscar cuál es el tratamiento que van a tener en esa medida las personas en situación de vulnerabilidad, o quienes puedan ser los más afectados por la decisión.
«No hay medidas implementadas hasta que eso esté claro», aseveró, porque «el interés es buscar más bienestar de la población, buscar más desarrollo del país, no es molestar a nadie ni poner la situación más mala, al contrario. Esa nunca ha sido la voluntad de la Revolución.
«No hay una cruzada contra el sector no estatal», dijo, e insistió en la necesidad de «ordenar las relaciones entre el sector estatal y el sector no estatal como un solo sector. Nos quieren convertir el sector no estatal en un sector contra la Revolución. Eso también hay que decirlo y hay explicarlo. Hay que distinguir dónde existen actitudes positivas, dónde hay actitudes negativas y dónde hemos tenido distorsiones y descontrol».
El Presidente Díaz-Canel comentó, además, que los temas asociado al salario, los precios y el enfrentamiento a la corrupción son los que más preocupan a la población, al tiempo que significó otras problemáticas por resolver que han sido definidas como prioridades para el trabajo del Gobierno, entre las cuales destacó el redimensionamiento de las estructuras estatales, tanto del sector presupuestado como del empresarial; así como la importancia de incrementar la producción de alimentos y de potenciar la inversión extranjera directa.
En medio del actual escenario, y ante un