Era 23 de diciembre de 1841, en horas de la noche, en la entonces calle Soledad # 5 de la Villa Santa María del Puerto del Príncipe. Allí nacía el niño Ignacio, lo hizo en cuna de oro, pero eso no impidió que, como dijera Silvio, mortales ingredientes armaran a El Mayor.
Agramonte se fue a Europa y estuvo en contacto con lo más avanzado del pensamiento de su época. No podía, entonces, pretender otra cosa para su patria que la libertad.
Varios fueron sus grandes servicios a Cuba, aquel muchacho nacido en Puerto Príncipe, se enfrentó a las posiciones vacilantes de los hermanos Arango. Él había comprendido que a esa Cuba