Hace dos días, a sus 76 años, Isabel Molina se jubiló. Todo el que cursó la primaria José de la Luz y Caballero en el último medio siglo, probablemente pasó por su aula.
Pero la carrera de la maestra mayabequense no termina con el reconocimiento que le hicieran este miércoles. “Voy a seguir dando clases, porque no me imagino sin escuchar la voz de mis niños; porque disfruto mi trabajo, y aún me siento con fuerzas para seguir enseñando”, dice, como revelando un secreto que se sabe a voces.
Con la vitalidad que emana, no la imaginan ejerciendo otra labor quienes la ven llegar a la escuela como la primera y perciben la pasión con que enseña a sus niños de primer grado.
“Lo que más disfruto es que los niños llegan sin saber nada, y en pocos meses voy viendo el resultado de mi trabajo, cómo aprenden a leer, a escribir y se educan poco a poco”.
Isabel Molina imparte clases en José de la Luz y Caballero hace 58 años. Foto: Cortesía de la entrevistada.
Isabel sabía que quería ser profesora desde pequeña. Su mejor pasatiempo era jugar a la escuelita con los niños del batey donde vivía, en el municipio Nueva Paz.
Poco después alfabetizó en las Minas de Frío, en la zona oriental. Impartía clases a los niños por el día y a los campesinos en la noche.
“Mi primer centro de trabajo fueron las escuelitas rurales de Marthiatus. Luego empecé en José de la Luz y Caballero, donde sigo hasta hoy”, comenta.
Esa trayectoria laboral la hizo merecedora de la condición “Hija Ilustre de Nueva Paz”, del Premio de Pedagogía y otros reconocimientos. Pero, para Isabel, el premio más importante es la satisfacción de educar a las nuevas generaciones. “Me hice maestra, que es hacerme creadora”, asegura.
Su consejo para los más jóvenes es que estudien, perseveren y jamás abandonen sus sueños.
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A sus 22 años, Jenniffer imparte clases de Español-Literatura a los estudiantes de la Lenin. Foto: Cortesía de la entrevistada.
Precisamente, en la fila de los más jóvenes, está Jenniffer Muñoa, estudiante de tercer año de la Universidad de las Ciencias Pedagógicas Enrique José Varona y profesora de la tarea Educando por Amor.
A sus 22 años, la joven imparte clases de Español-Literatura a un grupo de estudiantes de la Lenin. De ellos ha aprend