La semana pasada hablaba de los beneficios y curiosidades de la calabaza, en recetas que como bien les comenté su uso no se reduce tan solo a comerla cocinada o en guiso. Son muchas más las formas en que podemos utilizar la calabaza, solo depende de la necesidad y el deseo de crear platos agradables para degustar en familia.
En esta columna continuaré con recetas que podemos hacer con calabaza y que son agradables.
Pero antes, quiero comentar algo que me pasó, sin mentar señas, ya lo hice en el momento y lugar adecuado. De visita en un gran restaurante, muy bonito, agradable y con una vista espectacular, buen trato y ameno, pero… del grupo, fui yo la única que pidió comida criolla y quizás muchos se preguntarán por qué insisto en que se desarrolle y se haga bien hecha nuestra cocina criolla o nacional, como lo quieran llamar. Porque es nuestra cultura, nuestra identidad y debemos de defenderla como mismo defendemos nuestros atributos, bandera y escudo, que nos representan y refieren nuestra identidad. Cuando viajamos buscamos en ese país su cocina, su identidad, para podernos identificar bien con el lugar.
Todo visitante busca en nosotros nuestra cultura. Lo que muchos debemos tener claro es que nuestra cocina es también una manifestación de la cultura.
Habrá algo más llamativo y auténtico para un visitante que comerse un arroz moro, yuca con mojo y cerdo asado, utilizando como vasija la güira, la yagua, por ejemplo, que lo disfruté, en la desembocadura del río Toa, en Baracoa, provincia Guantánamo. Y quién dice ahí, también lo podemos encontrar en cualquier restaurante u hotel; pero bien hecha, no hacerlo por hacer. En La Habana podemos disfrutar de una rica cocina criolla entre otros lugares, en San Cristóbal, La Vitrola, en Mojito mojito, Al Carbón… bien hecha.
Donde estuve, la única que pidió la comida criolla fui yo, en efecto unos frijoles negros dormidos muy buenos, las frituras de malanga aceptables (no era con la malanga tradicional pero se podían comer), pero las costillas -a pesar de que la ración era abundante- no se podían comer, tenían buen sabor pero la carne estaba muy dura; digo esto pues para mí es mi plato de preferencia en Cuba y fuera de ella.
Cuando hacemos las costillas, no las podemos poner con otras carne, se deben hacer aparte y a fuego bajo para que se cocinen bien desde adentro y la carne quede suave, de lo contrario pasa como con estas, doradas, quizás un poco quemadas por partes, pero dura la carne. No me gusta lo que se hace en algunos lugares que la ablandan primero un poco y luego las ponen a asar.
Tenemos que hacer bien y con amor nuestra cocina y respetarnos a la hora de ofertar un plato, no se hace nada, como quisieron hacer en el restaurante que v