Vista en su conjunto, su desarrollo y resultados, incidencias y consecuencias, pudiéramos concordar con Raúl Roa en que «la Revolución del 30 se fue a bolina». Más de 20 años debieron transcurrir para regresar a sus preceptos originales y superarlos.
El historiador Rolando Rodríguez, en su obra sobre el tema en cuestión, destaca no obstante que, en aquellas jornadas transcurridas, sobre todo, durante los meses finales de 1933, y cuya estructura esencial fue el llamado Gobierno de los cien días, sobresalen momentos y logros que, a la larga, no pudieron ser aplastados totalmente por la contrarrevolución, y sirvieron de base y de inspiración para avances posteriores, no sin cruentas luchas, esfuerzos y sacrificios.
La sangre generosa de nuestros mártires abonó también esta etapa del camino azaroso y contradictorio que no llegó, entonces, a una culminación victori