En ocasiones se hace un poco difícil comenzar a escribir algo que pueda ser útil y que se disponga de los productos para elaborarlo; así me pasó con este artículo. Me paso la semana buscando qué y de qué tratar para aportar algo útil al lector.
Mi nieto David, el más pequeño, me hizo llegar la receta del pan de calabaza que elaboró en ocasión de la fecha que celebraba y una amiga, Cristina López, me remitió la de una base de pizza con calabaza.
Ayer en los agros de mi municipio Arroyo Naranjo se podía encontrar un grupo de vegetales y viandas a “precios pasajeros”, que se podían pagar. “La cola” -algo que ya forma parte de la idiosincrasia del cubano en cualquier región o país del mundo– era un poquito extensa y eso permitía intercambiar con el resto de los que aguardábamos, mientras se esperaba el turno. Entonces, me llama la atención una hermosa calabaza, por su color amarillo naranja intenso intenso, y cuando la picaron más aún. Cosa que comenté con mi compañeras de cola, atractivo que no fue igual para ellas.
Una de las vecinas allí presente me dijo: pero la calabaza tiene poco uso, es lo mismo siempre: “cocinada o en caldo”… Le aclaré que con la calabaza se pueden hacer infinitos platos, así como existen diversas formas de usarla, enumerándole los platos que con ellas yo hago: cocinada con un mojo de ajo, cocinada en ensalada junto con otros vegetales o formando parte de una ensalada con papas, huevos y cebolla, frita, asada, en caldos, cremas, natillas, flanes, batidos, helados, entre otros platos. Lo que se necesita es tiempo e ideas para hacer algo agradable a la mesa.
A la calabaza algunos se refieren como vegetal, otros como fruto, pero en realidad es un fruto. A mí me gusta por su sabor suave, agradable y dulzón que aporta a las comidas en que se emplee. Se les puede encontrar en diferentes variedades y formas.
Y si tenemos en cuenta la cantidad de beneficios que aporta a la salud, vitaminas, proteínas y minerales, así como sus características antioxidantes, mejora la digestión, beneficia la piel, como regulador del azúcar en sangre, etc… que hace favorecer su consumo para personas con problemas visuales, cardiacos, entre otros.
La calabaza ha llegado a la literatura y ha sido recreada en ese cuento que de niños nos leyeron, “Cenicienta”, cuando el hada madrina convierte una calabaza en carrosa y dos lagartos en pages.
Llegó al refranero popular con: “Calabaza, calabaza, cada uno para su casa”, “Come calabaza para que te engorden las pantorrillas”, entre otros.
También llegó a la artes visuales con esa obra de nuestro pintor Arturo Montoto, que refleja la naturaleza con tal realismo, que es tomarla de su obra y llevarla al fogón.
Variedades de calabaza