Hace unos meses le robaron la yunta de bueyes del patio de su casa. Los había guardado en la corraleta con candado cuando se fue a dormir cerca de las 11 y 30 de la noche.
Cuenta Jorge Francisco Pupo Quevedo, campesino usufructuario de la CCS Eugenio González, del municipio de Holguín, que “la corraleta está ubicada frente a mi cuarto, yo siempre dejo la ventana abierta para, al más mínimo movimiento, tirarme; pero parece que ese día caí muerto a la cama, eran las 2 menos diez de la madrugada cuando desperté para revisar y vi la puerta del corral abierta…”
A Wilson Hernández, asociado a la misma CCS, pretendieron hacerlo pasar por la misma mala experiencia; afortunadamente pudo recuperar su yunta de bueyes gracias a la valentía de sus amigos, pero no estuvo conforme con el proceder de la PNR que “simplemente fue a llenar los papeles de la denuncia”, alegó.
“Hubo tiempos cuando los animales dormían en el potrero. Se podía descansar bien luego de trabajar la tierra el día entero, había patrulleros la noche entera en casi todo el barrio, pero cuando fueron eliminando las postas, el delincuente dijo aquí estoy yo”, comentó Jorge.
Similares pueden ser las historias de muchos tenedores de ganado en la provincia, afectados por el delito de hurto y sacrificio ilegal de ganado mayor, convertido en un azote para nuestros campos, que trae en jaque tanto a campesinos como a autoridades policiales. A pesar del alto nivel de enfrentamiento y las acciones de prevención de la PNR de conjunto con la Agricultura y la Anap, fundamentalmente, no se consigue neutralizar su ocurrencia.
Entre los cooperativistas de la “Eugenio González” prima el criterio de que es complejo conformar las patrullas campesinas, cada día son menos los productores, la mayoría sobrepasa los 60 años y no es efectivo el modo cómo funcionan allí estas patrullas.
No obstante, añoran los tiempos de la operación Tauro, cuando conformaban los destacamentos campesinos para contener este delito. En cada CCS existían varias patrullas campesinas, las cuales hacían recorridos nocturnos, esto frenaba un poco la agresión, por lo que sería fructífero retomar la experiencia.
Para Jorge, el trabajo en el campo es su vida, pero hay razones que lo desmotivan; como los casos de hurto y sacrificio ilegal de ganado mayor, en ocasione