Una combinación de razones financieras, fiscales y relacionadas con los combustibles ha atrapado al servicio cubano de transporte en un callejón sin salida, cuyo síntoma más visible es la invisibilidad de los ómnibus de transporte público en las principales ciudades.
Datos publicados recientemente por la Oficina Nacional de Estadísticas e Información (ONEI) confirman una baja en la cantidad de pasajeros trasladados en Cuba este año. En contraste, las autoridades han conseguido mantener el transporte de carga en niveles similares o ligeramente superiores a los del 2022, a la par que prioriza servicios básicos de salud.
De acuerdo con un informe de la ONEI hasta el cierre de septiembre, el traslado de pasajeros en ómnibus públicos ha disminuido a poco más de 250 millones de pasajeros, el 85 por ciento de lo registrado en igual etapa del 2022, año gris ya por las secuelas de la pandemia covid.
El Ministerio de Transporte, entretanto, estima una transportación total de pasajeros este año de poco más de mil millones de personas (por ómnibus, taxis, ferrocarril y avión), prácticamente la mitad de los que se trasladaban dentro de Cuba en el