El chiste, aunque muy reciclado entre cubanos, no pierde su pólvora. Resulta que, al llegar al infierno, varios presidentes se reunieron con el mismísimo Napoleón Bonaparte. El Gran Corso fue elogiando a cada uno por las fortalezas de su nación. Dijo al mandatario de EE. UU.: «Oiga, si yo hubiese tenido su desarrollo armamentista jamás hubiese perdido en Waterloo». Al de Rusia: «Si mis tropas hubiesen tenido el temple del Ejército Rojo, yo jamás hubiese perdido en Waterloo». Al de Japón: «si yo hubiese contado con la tecnología de punta de su país, jamás hubiese perdido en Waterloo». Y llega el turno al de la isla caribeña (dígase Castro 1, Castro 2 o Díaz-Canel): «Ah, presidente, si yo hubiese tenido el periódico Granma, de todas formas, hubiese perdido en Waterloo, pero todavía nadie en el mundo lo supiera».
Como han comentado varios medios e intelectuales en sus redes: el órgano oficial del Partido Comunista Cubano (PCC) volvió a hacerlo. El pasado 16 de noviembre (edición impresa del 17), tras una ceremonia de Premios Grammy Latinos en la que siete cubanos resultaron galardonados, solamente informó sobre uno de ellos, la única persona del conjunto que aún reside en Cuba y que no ha tenido desavenencias públicas con el bloque PCC/Gobierno/Partido, Omara Portuondo. Al resto los desaparecieron por arte de magia de las líneas granmianas. Ellos son Arturo Sandoval, Chucho Valdés, Rafael Valencia, Yadam González, Camilo Valencia y Paquito D’Rivera —los dos últimos, incluso, con par de gramófonos—.
A estas alturas de la historia isleña, conociendo cómo durante décadas el poder totalitario ha reducido a fábricas de chorizo propagandista lo que deberían ser medios periodísticos decentes, la omisión no debería asombrarnos. Sin embargo, varios detalles la hacen particularmente burda (y por ello, más reveladora). Comparto algunas de las lecturas de la «noticia»:
1- El texto de marras, «Omara conquistó el Grammy Latino», está firmado por Pedro de la Hoz. El autor del artículo no solo es vicepresidente de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac), sino también Premio Nacional de Periodismo «José Martí». Por tanto, no se trata de un inexperto y poco informado redactor, sino de alguien que representa, en lo institucional, la voz de los artistas y escritores cubanos y, en lo periodístico, un supuesto paradigma profesional. Es quien, en una entrevista para el sitio oficial de la UPEC, enarboló piezas deontológicas: a) «Desde la ética, hay que respetar tanto al creador como al receptor»; b) «En la medida en que la crítica y el periodismo cultural en general informen de una manera más s