Fotos: Del autor y tomadas del perfil de Facebook de Yanely
“Todo lo resuelve con agujas e hilo”, aseguran sus compañeros de trabajo y, ciertamente, nada es imposible para esta artesana, oriunda de Jatibonico cuando los maneja. Motivada por su abuela cosió sus primeras puntadas y, desde entonces, ha crecido en ella la pasión por las manualidades, que conjugó con su desempeño profesional hasta convertirse en una versada en el tema.
“En la vocacional Ernesto Che Guevara, de Santa Clara, integré un taller de artes plásticas por seis años. Allí participé en concursos de artistas aficionados, donde obtuve premios y menciones. En uno celebrado en Finlandia, alcancé medalla de plata con un collage de vitrales. Dentro de la Universidad Central de las Villas, practicaba las labores de aguja de forma autodidacta, porque la carrera que estudié, Control automático, demandaba mucho tiempo”, cuenta.
El mismo interés la movió por diferentes lugares de la geografía central del país, para instruirse con algunas abuelas, quienes son generalmente guardianas de ese tipo de conocimientos. Varias veces la acompañó su primera suegra, María Josefa Vilches, “quien compartía conmigo el gusto por las manualidades y se convirtió en una buena amiga”. Con ella, visitó la ciudad villaclareña de Santo Domingo, para aprender el frivolité, técnica que domina además del croché, el deshilado y el bordado, aunque prefiere las puntadas libres.
Tras cumplir con su servicio social, llegó a Holguín, ciudad que la deslumbró por ser “una plaza fuerte tanto en arte como en manualidades”, y donde tuvo la dicha de conocer a personas que compartían la afición. Entre ellas, a Maricela Guerrero, directora por muchos años de la Academia de Artes Manuales, y a José Emilio Leyva, Tatiana Zúñiga y Manuel Arias, quienes la animaron, para en el 2015, colaborar con la Casa Editora.
A la par de la Electromedicina, labor que desempeñó por 20 años en el Hospital Pediátrico Octavio de la Concepción de la Pedraja, realizaba las tare