SAN LUIS POTOSÍ, México.- La crítica escasez de alimentos ha llevado a los cubanos a adentrarse en el arte de la simulación para recrear algunos de los platillos típicos de la Isla sin tener los ingredientes que llevan.
Quizás en algún discurso oficialista se aplauda cualquier “inventiva” del cubano para paliar la crisis, cuando se trata de una situación lamentable que expone las consecuencias de un sistema decadente.
Para engañar la vista, muchos han optado por imitar la imagen del producto final. Sin embargo, ¿cuántos podrán engañar al paladar haciéndole creer que degustan carne y no la cáscara de plátano que enguyen?
Ropa vieja de cáscara de plátano
Una internauta cubana contó que supo de la receta mientras hacía cola en una panadería. Varias mujeres allí presentes conversaban sobre la escasez de alimentos y se preguntaban qué llevar a la mesa en esas circunstancias.
La carne de res, ingrediente estrella de la ropa vieja, es inalcanzable por estos días para la mayoría del pueblo.
De ahí que se propusiera una versión vegana de la receta. Al deshilachar las cáscaras del banano y cocinarlas, los cubanos estarían adoptando entonces un estilo de vida vegetariano, uno al que se han visto prácticamente obligados.
Hervir las cáscaras de plátano, refrescarlas, y crear surcos con un tenedor para sacar las fibras de proteína vegetal, es lo primero. Después, sofreírlo en una cazuela con aceite y agregar puré de tomate, vino seco, sal a gusto y un poco de azúcar.
Frijoles con semillas de mamoncillo
Una familia de Holguín ideó un potaje con semillas de mamoncillo, para hacer algo “parecido” a los frijoles colorados.
Primero se machacan varias semillas de mamoncillo y luego se ponen a hervir en una cantidad de agua similar a la que utilizaría para cocinar los frijoles.
—¿No sabe a frijol colora´o? —preguntó el creador de la receta.
“Este es un potaje de cuesco de mamoncillo. Los cubanos lo tienen que hacer por la escasez de frijoles que hay”, dijo el inventor.
Café de platanillo
También en Holguín aseguraron que se puede lograr una infusión con platanillo que “no es café, pero “se deja tomar”.
El proceso de elaboración de esa bebida es similar al del café. Se abre la funda, se sacan los granos y se ponen a secar al sol.
Cuando están secos, se ponen al fogón y se tuestan, y se muelen. “Eso es lo que le estamos dando de desayuno a los niños para que puedan ir a la escuela”, explicó la mujer que propuso la infusión.
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