Foto: Omara García/ACN.
Bruno Rodríguez Parrilla, ministro de Relaciones Exteriores de Cuba, intervino en la apertura de la IV Conferencia La Nación y la Emigración, que se desarrolla en el Palacio de Convenciones de La Habana.
Por su importancia, a continuación reproducimos sus palabras de manera íntegra:
Cro. Miguel Díaz Canel Bermúdez, presidente de la República:
Compatriotas:
En nombre del Gobierno y del comité organizador, les doy la más cálida bienvenida a la IV Conferencia La Nación y la Emigración, para reflexionar e intercambiar sobre importantes temas de la nación y acerca de los vínculos con los connacionales que viven en el exterior.
El respeto irrestricto a la soberanía e independencia de la patria y la voluntad común de continuar fortaleciendo y diversificando nuestros lazos son premisas que compartimos.
Conocen ustedes que el país atraviesa una situación económica complicada, con impactos sociales visibles, que afectan el nivel de vida, la satisfacción de necesidades, los servicios sociales y el bienestar de nuestro pueblo.
Sufrimos el efecto combinado del recrudecimiento extremo del bloqueo económico, comercial y financiero, las secuelas de la pandemia de COVID-19 y el impacto económico de la crisis global y de los conflictos internacionales en curso.
Esto ocurre en medio de un proceso transformador y revolucionario en nuestra economía, orientado a actualizar el sistema socialista, hacerlo más eficiente, y adaptarlo a las realidades actuales del país y del mundo. Es un proceso que genera sus propias tensiones y que hemos acometido conscientes de su necesidad y de sus riesgos, pero seguros de que era ineludible y urgente.
Hemos tropezado también con nuestras propias deficiencias, distorsiones y dificultades, sobre las cuales trabajamos sin descanso, pensando siempre en el bienestar del pueblo.
Nuestro Gobierno mantiene el firme compromiso de salvaguardar la justicia social y proteger en todo lo posible la equidad que nos caracteriza. Estamos convencidos de que encontraremos con nuestro propio esfuerzo la salida a tan complejo escenario.
La historia revolucionaria de Cuba registra varios momentos de grandes dificultades y siempre hemos logrado salir adelante. Es una historia de la que podemos sentirnos orgullosos, con proezas aparentemente inconcebibles para un país de las dimensiones del nuestro, heredero de un potencial económico subdesarrollado, y sometido a la permanente agresión del gobierno más poderoso del planeta.
Los logros económicos y sociales entre la década de 1960 y el año 1990, antes de la caída del campo socialista, son asombrosos, si se les compara con los países de la región y otros en desarrollo.
Hoy, nuestras vacunas contra la covid-19 y el esfuerzo desplegado para enfrentar la pandemia constituyen ejemplos fehacientes de esa resistencia creativa, asentada en el talento y la fuerza colectiva para superar las adversidades.
Algunos de nuestros científicos, creadores de las vacunas y de los protocolos que permitieron vencer la pandemia, se encuentran esta mañana entre nosotros.
También lo son las conquistas sociales, con nuevas disposiciones en la Constitución adoptada en 2019, con el Código de las Familias, los programas por el Adelanto de las Mujeres; Contra la Discriminación Racial y el dedicado a la Niñez, la Adolescencia y la Juventud.
En el ámbito internacional, nuestro Estado disfruta de amplias relaciones, prácticamente con todos los países. Con buena parte de ellos, tiene vínculos de amistad y cooperación, incluso con aquellos Gobiernos que puedan tener diferencias políticas o ideológicas con el nuestro. Cuba tiene elevado prestigio y es reconocida por sus contribuciones a favor de la paz, el diálogo y el entendimiento.
La Asamblea General de las Naciones Unidas, el pasado 2 de noviembre, reclamó casi unánimemente al Gobierno de Estados Unidos poner fin al bloqueo.
Disfrutamos de una solidaridad extraordinaria en todos los continentes; manifiesta, en particular, en los momentos cardinales de nuestra historia en la que han tenido una participación activa, que nos llena de emoción, los cubanos que viven en otras partes del planeta.
Deseo reiterarles nuestro más profundo agradecimiento por los pronunciamientos y ayudas fraternas de nuestros compatriotas, tantas veces acompañadas de ese amplio y universal movimient