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Arley Calderón, campeón panamericano. Foto: Roberto Morejón/JIT
Tres semanas atrás, cuando Arley Calderón fue por última vez a su natal San Juan y Martínez, en Pinar del Río, le prometió a su familia y amigos una medalla panamericana, aunque no sabía el color. Ellos, confiados, le dijeron que sería de oro. Pero Arley no quiso “soñar tan alto” y les contestó que esperaran lo mejor de él.
Anoche antes de dormir tampoco sintió presión. “Me sentí tranquilo, porque tuve siempre el apoyo de mis compañeros y entrenadores, además, había hablado con mi familia. “Todo eso me ayudó para estar listo psicológicamente”, dijo el pesista de 61 kg a la prensa en zona mixta.
“Pensaba en una medalla, pero no en el título, aunque confiaba en mi preparación. Eso me dio seguridad para tener una buena competencia. Pero, te repito, mi meta era ir prueba a prueba, estar entre los tres primeros lugares, para superar así mi actuación de Lima, teniendo en cuenta también la calidad del levantamiento de pesas en el continente”, agregó.
Arley tras fallar un primer intento en el arranque en los 122 kg, fue al segundo y lo logró con categoría en el gimnasio Chimkowe, de Santiago de Chile. Pasado el s
