LA HABANA, Cuba. – ¿A quiénes pertenecen los almacenes situados en el kilómetro 8 ½ de la carretera Monumental, en Berroa? Se ha visto a algunos empleados vestir camisetas con la etiqueta “Kirkland”, comercializada exclusivamente por la cadena de tiendas estadounidenses Costco; igualmente se venden algunos de sus productos, pero este 12 de octubre una nota emitida por el Ministerio de Comercio Interior de Cuba (MINCIN) quiso poner punto final al debate tachando de falsos los rumores iniciados unos días antes cuando se descubrió lo que parecía ser un oasis de abundancia en las afueras de La Habana y en medio de la crisis de desabastecimiento que azota a la Isla.
No es un Costco, ha dicho el MINCIN, además de que se trata de una tienda mayorista creada bajo el amparo de la empresa mixta Gran Ferretero S.A. que “ha iniciado sus operaciones (en Cuba) comercializando productos de ferretería y materiales de construcción” después de haber recibido la aprobación del MINCIN en diciembre de 2022, según otra nota informativa aparecida en el diario Granma para anunciar el funcionamiento de la empresa bajo la modalidad de asociación económica internacional, a partir del trabajo conjunto entre la sociedad mercantil 100% cubana Albus S.A. y un “grupo ferretero” de España.
Pero, ¿cuánto hay de cierto y cuánto se omite en la información divulgada por el MINCIN? ¿Pertenecen los almacenes de Berroa solo a esa “asociación empresarial” entre el grupo Gran Ferretero, de España, y la Sociedad Mercantil Albus, de Cuba? ¿Qué es realmente Albus S.A. y quiénes la conforman, quiénes la dirigen?
Ninguna de esas interrogantes ha sido respondida por el MINCIN. Por el contrario, la nota oficial ha llegado para crear más dudas sobre lo que realmente pudiera estar sucediendo en Berroa. Más cuando por estos días, en medio de los rumores desatados por el corresponsal de la CNN en La Habana, Patrick Oppmann, otros medios de prensa han revelado nombres de personas estrechamente vinculadas al régimen y con participación tanto en el mercado en cuestión como en otros negocios en apariencias de menor magnitud que de cierto modo lo emulan.
Ha sido por estos días que salió a la luz el Gaia Mercado, de Lisa Titolo Castro, nieta de Rául Castro, donde el kilo de carne de cerdo se vende por más de 1.600 pesos cubanos (cerca de 7 dólares), así como el “emprendimiento” de Julio Martínez Ramírez quien, entre 2004 y 2009, fuera secretario de la UJC y miembro del Consejo de Estado pero que ahora se revela como “socio fundador” de una mipyme dedicada precisamente a la comercialización (no a la producción) de alimentos.
Igual tales revelaciones llegaron junto con la inusual queja de Alexi Castro Soto del Valle, que arremetió contra el Ministerio de la Agricultura por su incapacidad de generar estrategias efectivas en la producción de alimentos. Es una protesta que llama la atención no solo por quien la realiza, considerado hasta ahora como el “más discreto” de los hijos de Fidel Castro, sino porque parece ignorar no solo la existencia del negocio familiar de los Titolo-Castro, estrechamente ligado a varias empresas que tributan al Ministerio de la Agricultura y que les sirven de proveedores, sino que echa tierra sobre las gestiones de al menos un par de primos y sobrinos que oficialmente laboran dentro de este organismo de la Administración Central del Estado.
Serían los casos de Alexandra Rodríguez Castro, asesora de varios programas de agricultura experimental, y de Rolando Soto del Valle, asesor del Programa Pecuario en la institución, además de encargado de atender directamente las fincas de Alcona S.A. —dirigidas por el comandante Guillermo García Frías—, que en carácter de proveedora de productos cárnicos, es una de las más de 20 empresas cubanas que conformarían Albus S.A., algunas pertenecientes al sector empresarial de las Fuerzas Armadas Revolucionarias (FAR), los verdaderos dueños del espacio físico que ocupan los almacenes de Berroa donde funciona el llamado “Costco cubano”.
Berroa, de Almacenes Universales a propiedad de GAESA
Cuando se creó Almacenes Universales S.A. (AUSA), un 28 de enero de 1994, concebido de modo experimental como principal centro de almacenamiento de insumos para el turismo internacional, la entidad se subordinaba directamente al Consejo de Estado y era atendido de manera personal por el equipo de apoyo de Fidel Castro.
La empresa tuvo varios emplazamientos en La Habana, tanto en Berroa, en Habana del Este, como en Wajay, en Santiago de las Vegas, así como oficinas centrales en La Habana Vieja, precisamente en la calle Fábrica donde hoy tiene su sede oficial el consorcio Gran Ferretero S.A. y Albus S.A.
Para los almacenes como tal fueron dispuestas varias naves de las FAR que, durante el periodo de dominio soviético en la Isla, sirvieran fundamentalmente para el resguardo y conservación de técnica y armamentos, de acuerdo con información ofrecida a CubaNet por dos fundadores de la empresa Almacenes Universales S.A., uno de ellos aún vinculado como trabajador a los actualmente llamados “almacenes de Berroa”.
“Berroa, antes del año 91, eran unas seis naves de armamentos y dos de alimentos, con un frigorífico que abastecía al Ejército Occidental”, afirma uno de los trabajadores bajo condición de anonimato. “Una de las naves es la que ocupa ahora la Mercedes Benz (MCV Comercial S.A.) y en las otras estaban compartidas por varias empresas de cubanoamericanos (…), Cubamax, Apacargo, toda la paquetería que venía de Estados Unidos, ahí estuvieron hasta el año 2019 cuando pasaron los Almacenes Universales al Mariel y se dejó una nave para el Diplomarket y las otras para arrendar a empresas estatales y mipymes o donaciones si hiciera falta”.
Sin embargo, otra de las fuentes asegura que el actual Diplomarket funcionaba ya desde mucho antes del acuerdo con Gran Ferretero S.A., aunque no como mercado abierto al público en general, sino solo como servicio al personal diplomático acreditado, incluida la Embajada de Estados Unidos, y a algunas empresas extranjeras como las españolas Meliá, Iberostar o la constructora francesa Bouygues.
“En el 91 se dio la orden de desalojar para guardar cosas de los Juegos Panamericanos. El propio Fidel fue personalmente a ver lo que se hacía allí (…). Allí se dejó a un coronel, Nicolás Regueiro, que era sobrino de Julio Casas Regueiro (ministro de las FAR entre 2008-2011, y creador del Grupo de Administración Empresarial GAESA), que se mantuvo hasta el 2018. Él fue el que hizo el diplomercado (sic) en 2016 cuando lo de Obama y allí iban los de la embajada americana a comprar, eso lo hizo con unos cubanoamericanos que crearon la empresa en Miami para poder traer productos a través de las empresas de paquetería (…). Después de 2018 pusieron al coronel Fernández Viciedo y de económica a Vilma Guilarte, la sobrina de Ulises Guilarte (Ulises Guilarte de Nacimiento, actual secretario general de la Central de Trabajadores de Cuba)”.
Otras fuentes consultadas por CubaNet al respecto de los almacenes de Berroa, vinculadas a GAESA, confirman que estos continúan siendo propiedad de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, así como que el funcionamiento del “diplomercado”, actualmente renombrado como “Diplomarket”, es muy anterior a diciembre de 2022. De igual modo, una de las páginas en Facebook asociadas al negocio, nombrada como “Diplo Hoster” tuvo sus primeras publicaciones en enero de 2016, precisamente el año que algunos señalan como de inicio de operaciones del “Costco cubano”, lo cual pone en dudas la nota del MINCIN que lo atribuye a los acuerdos con Gran Ferretero S.A.
Muchos más que un ferretero
Aunque tanto el MINCIN como varios funcionarios de la entidad la han mencionado como la parte cubana en el negocio de Berroa, igual ninguno ofrece más detalles sobre quiénes conforman la Sociedad Mercantil Albus S.A., una empresa nada transparente en sus propósitos, y que, como evoca su nombre (Albus, “blanco”) tal pareciera diseñada para blanquear o esconder a sus verdaderos responsables.
Según declaraciones de Raúl Delgado Rodríguez, públicamente presentado como director técnico de Albus S.A., esta forma parte del Grupo Comercializador de Productos Industriales y de Servicios de la Cámara de Comercio de Cuba; sin embargo, CubaNet ha podido comprobar por medio de varias fuentes vinculadas tanto a los ministerios de Comercio Interior, Comercio Exterior y de Finanzas y Precios, que Albus S.A. está conformada por una junta directiva que incluye la representación de una veintena de empresas tanto cubanas como extranjeras y donde figuran nombres como los de Loreta García, analista comercial superior de la Empresa Nacional para la Protección de la Flora y la Fauna, subdirectora de Alcona S.A. e hija del comandante Guillermo García Frías. Además aparecen Jorge Alejandro de Cárdenas García, hijo de Loreta García; David Fernández Colomé, nieto del ya fallecido general de Cuerpo de Ejército y Ministro del Interior (1989-2015) Abelardo Colomé Ibarra; Gianni María Missoni, italiano, amigo personal de Raúl Castro y de su nieto Raúl Guillermo Rodríguez Castro, representante de la empresa Finauto International LTD, distribuidor oficial de KIA Motors en Cuba; Carmen Yadira Moreno Barrios, de Caribbean Diving Centers, esposa de Massimo Bonnano, asociado a Finauto; y Paolo Titolo, representante del Grupo Amorim en Cuba y esposo de Mariela Castro Espín, hija de Raúl Castro.
Ninguno de los nombres mencionados por las fuentes consultadas están directamente asociados con el grupo Gran Ferretero S.A. que, de acuerdo con información ofrecida por uno de sus directivos en Cuba, entrevistado bajo condición de reservar su identidad, “no es responsable exclusivo de la operación de Diplomarket”, mucho menos de la comercialización de alimentos de las marcas Goya y Kirkland.
“Diplomarket no es de Gran Ferretero, nosotros solo participamos con nuestros productos como lo hacen muchas más empresas, de autos, de piezas, de alimentos, etcétera, pero no somos el anfitrión”, explica la fuente. “Si te fijas en la página en internet, hay una invitación del grupo (Diplo Hoster) a que las empresas usen esa vía para comercializar, y eso es lo que hacemos, igual que con Supermarket 23, con Katapulk y hasta con varias mipymes en La Habana, además de nuestra sede principal en Habana Vieja (…). Berroa no es un almacén solo de Gran Ferretero, aunque es cierto que estamos dentro”.
Como en el caso de Supermerket 23, Katapulk y demás tiendas online, buena parte de las mercancías vendidas por Diplomarket provienen del exterior pero, en el caso de los productos frescos, casi la totalidad es aportada por empresas cubanas como Alcona S.A., así como buena parte de las maderas, lubricantes, partes y piezas de autos son suministrados por el Grupo Amorim.
“Nosotros importa