Como prometí voy con la segunda parte de esta publicación, ahora con la intención de rendir homenaje al querido compañero Juan Vela Valdés, que falleció el pasado 27 de abril, tres días antes que Ricardo Alarcón.
Además propondré los temas que abordaré, en artículos dedicados al centenario de la FEU, desde julio a diciembre en que se combinen remembranzas con el análisis de asuntos actuales y de interés para el estudiantado universitario y su organización, la FEU.
Como advertí en el caso del compañero Alarcón, reitero que no es mi pretensión hacer una síntesis biográfica del compañero Vela, sino compartir con ustedes momentos y eventos relevantes que vivimos, con el hilo conductor de la FEU.
Cómo conocí a Vela. Yo voté por Vela
Yo ingresé en la Escuela de Matemática de la Facultad de Ciencias de la UH en octubre de 1966. En ese año se realizaron elecciones de la FEU, y como candidatos a presidentes estaban el estudiante de Ingeniería Enrique Velasco, y el estudiante de Medicina Juan Vela.
En mi Comité de Base de la UJC se hizo una valoración de ambos candidatos para decidir a quién le debíamos dar el voto. Se planteó que Velazco estaba más cerca del perfil de nuestra Facultad, el de Tecnología y nosotros de Ciencia, y que debíamos votar por él. Yo que estaba en primer año de la carrera y que siempre me ha gustado analizar las decisiones integralmente plantee que ese argumento era cuestionable, que lo más importante era valorar las condiciones y proyecciones de cada candidato.
Luego tuve la oportunidad de participar en reuniones en que estuvieron ambos compañeros y escuché sus proyecciones y opiniones sobre el futuro de la FEU.
Ya me había estudiado sus biografías, y tenía formada mi opinión sobre por quién votar.
La asamblea de presentación de la candidatura al Secretariado de la FEU de la UH, se realizó en la Ciudad Deportiva, repleta de estudiantes. Las Facultades de Tecnología y de Ciencias Médicas, eran los eternos rivales, como si se tratara de los equipos de pelota Habana y Almendrares.
Los estudiantes de Ciencias Médicas hicieron algo peligroso pero que marcó el desarrollo en cuanto a entusiasmo de aquella asamblea. A la entrada del Coliseo se entregó un ejemplar del periódico Juventud Rebelde, y los partidarios de Vela, lo enrollaron y le prendieron fuego, simulando una vela, para resaltar al candidato Vela.
En días siguientes se produjo la votación directa y secreta en que participaron más de 10 000 estudiantes de todas las facultades. Resultó electo por estrecho margen el compañero Velazco, y Vela quedó como vicepresidente.
Pocos meses después, por una razón que no será objetivo de análisis, Velazco fue separado como dirigente de la FEU, y Vela por lo establecido en los estatutos pasó a ser el presidente.
Posteriormente en un panel de presidentes de la FEU, que se realizó en un aniversario cerrado de la FEU, en el Memorial Celia Sánchez del Parque Lenin, en que estuvimos entre otros, Jaime Crombet, Vela y yo, hice público que en aquellas elecciones yo había votado por Vela, a diferencia de la mayoría de mis compañeros que votaron por Velazco.
Un recuerdo imborrable, la carta de Vela desde Baracoa
En una asamblea de la UJC de la Facultad de Ciencias realizada en el Anfiteatro Anibal Ponce de la Escuela de Psicología, nos leyeron una carta que Vela le envío al Decano de la Facultad Raúl Dorticós Torrado y al Rector de la UH José Miyar Barruecos.; contando sus experiencias como médico en el Hospital de Gran Tierra, en Guantánamo. Por primera vez escuché una argumentación tan profunda y sincera sobre la importancia de que los egresados universitarios se vincularan con el pueblo, que fueran a los lugares más intricados del país a poner en práctica lo aprendido en la universidad y a la vez aprender de los campesinos y de los obreros.
Después de muchos años sin vernos, la FEU nos volvió a juntar
Fueron varias las ocasiones en que respondiendo a la convocatoria de la FEU, nos volvimos a encontrar. Rememoraré algunas de ellas.
En el año 2004, siendo Vela Rector de la UH, fui invitado por el entonces presidente de la FEU Carlos Lage Codorniu, a decir unas palabras inaugurales en un Consejo Ampliado de la FEU de dicha Universidad.
Recuerdo que al final de mis palabras dije algo que a Vela le causó preocupación.
Cito fiel al original, lo que dije.
“Un cierre emotivo”.
Si me dijeran pide un deseo, no pediría ni un barredor de tristezas ni un rabo de nubes que se llevara lo feo, yo pediría que la vida me concediera la dicha de poder estar junto a la generación del centenario de la FEU el 20 de diciembre del 2022, tal vez ayudado en mi andar, por algunos de ustedes, o por otros brazos de jóvenes estudiantes llenos de vida, con el corazón colmado de emociones y la mente pletórica de sueños que ahora ni siquiera imaginamos.
Si no estuviera físicamente, no dejaré de estar presente. Tal vez lo esté en un pase de lista donde los de la FEU de entonces se encargarán de gritar Presente, en nombre de a los que ya se nos haya apagado la voz.
O tal vez en la carta que se me ocurra escribir, para que sea leída en algunas de las actividades conmemorativas del Centenario de la FEU, en un sencillo acto del Secretariado de nuestra querida organización, en la que será entonces la casi tricentenaria Universidad de la Habana.
Gracias por invitarme y perdónenme por este final, que mal interpretado podría reflejar inmodestia y cierto pesimismo. Albergo la esperanza de que muy por el contrario se interprete como el más cariñoso y comprometido de los sentimientos que un sencillo ex Presidente de la FEU les ha querido regalar en esta memorable tarde.
Recuerdo que Vela, con esa naturalidad que siempre lo caracterizó me dijo: No jodas Néstor, tú y yo estaremos en el Centenario de la FEU, sin muletas y con la cabeza clara.
Ya más cercano al centenario de la FEU, nos volvimos a encontrar en el Aula Magna de la UH, en ocasión del 95 aniversario de la FEU.
Él fue seleccionado para hablar en representación de los anteriores presidentes de la FEU.
Atesoro una foto en que estamos Manelo y yo junto a él. Entonces me dijo: “Tú que hace 13 años estabas dudando que llegaras al centenario de la FEU, fíjate que solamente faltan cinco añitos”
Dos años después volvimos a encontrarnos, invitados por la UJC, en la inauguración del IX Congreso de la FEU. Hubo una marcha muy singular de los estudiantes. Me refiero a una peregrinación desde la Fragua Martiana hasta la Escalinata de la Universidad de la Habana.
La mayoría de los invitados eran combatientes del Directorio Revolucionario 13 de marzo.
Cuando yo me vi en el Rectorado de la UH entre aquellos héroes, le pregunté a Vela que qué yo hacía allí, y él me respondió sin titubear: “tranquilo que somos parte de la continuidad”.
Raúl Palmero era entonces el presidente nacional de la FEU, y junto a los delegados al Congreso saludaron a quienes estábamos en la presidencia.
En una de las fotos está Vela conversando con una combatiente nonagenaria.
Nos entregaron la distinción 9no. Congreso de la FEU.
Yo escribí un artículo rememorando aquella histórica noche que fue publicado en Cubadebate, y comparto con ustedes unos párrafos.
“Lo habitual es marchar desde la Escalinata hasta la Fragua, para rendirle homenaje o más bien cuenta al autor intelectual del Moncada. Pero en esta ocasión fue inverso el sentido de la marcha desde la Fragua hasta la Escalinata. Hay una evidente explicación operacional, el acto final sería junto al Alma Máter.
Me puse a buscar una explicación con un simbolismo histórico y se me ocurrió este que comparto con los que tuvimos la dicha de estar presentes y con los lectores de Cubadebate.
“En la tradicional marcha de las antorchas varias veces con Fidel o con Raúl al frente hemos ido al encuentro con Martí; pero en este 6 de julio de 2018; fue Martí quien fue al encuentro con la Universidad en que Fidel se hizo revolucionario. Martí no pudo conocer a la FEU, pero la pensó cuando escribió aquellas palabras profundas ante el abominable crimen del 27 de noviembre de 1871. ¿Quién duda que Martí marchara en los cuerpos juveniles de los delegados al 9no Congreso? Esta noche memorable hemos logrado el milagro de que Martí se encontrara con Fidel.
“Les propongo a los delegados del congreso que además de decir con convicción y respeto “Yo soy Fidel”; también digan “Yo soy Martí.
“Cada vez que un delegado estrechó mi mano o una delegada me regaló un tierno beso; le respondí sin vacilación: gracias a ustedes por habernos reglado esta noche de esencias y emociones; gracias a ustedes por inculcarnos la esperanza de que serán mucho mejores que las generaciones que le antecedieron; gracias a ustedes por rendir culto a aquella frase del Che: alegres pero profundos.
“Le pido perdón a los que fueron objeto de homenaje, si no fui capaz de recoger lo esencial de sus pensamientos y sentimientos; o si olvidé o no supe decir lo correcto de cada uno de los verdaderos héroes con los que Vela y yo tuvimos el honor de compartir esta inolvidable noche.
“Éxitos en la etapa final del 9no Congreso de la FEU
“Viva la FEU
“Honor y Gloria a Martí y a Fidel.”
La última vez fue ya en medio de la pandemia; en el 98 aniversario fuimos invitados por Karla Santana, entonces presidente de la FEU de la UH, a un encuentro en el Salón de los Mártires.
En esta foto estamos uno al lado del otro. Entonces me dijo: Alarcón, yo y tú tenemos que cuidarnos, que somos, en ese orden, los ex presidentes de la FEU más antiguos que estamos vivo. Ya estamos cerca del Centenario. Ustedes comprenderán el porqué de mi angustia y dolor por la muerte de ambos.
Termino mi homenaje a Vela con una confesión que estuve pensando mucho si la hacía pública.
En una conversación telefónica a mediado de 2021, Vela y yo estuvimos fraguando una idea para un saludo especial al Centenario de la FEU. Sería una especie de sorpresa a cuatro manos, a lo que yo le añadí, y a dos mentes. Ahora tengo que pensar cómo resuelvo este acertijo que el destino me ha puesto. Ya Vela no está.
Finalmente les informo mi propuesta del asunto principal que trataría en mis artículos de los meses de julio a diciembre, con un receso en el mes de agosto.
Mi intención es compartir con la actual generación de la FEU, mis vivencias y mis experiencias, no con la pretensión infantil de dictar consejos ni de que se reediten lo que fue bueno en tiempos pasados.
En cuanto a lo de opinar de tiempos actuales y del futuro serán reflexiones respetuosas cargadas de ese amor por la FEU que perdurará hasta el final de mi existencia.