MIAMI, Estados Unidos. – Hace 22 años, el 28 de junio del 2000, el niño cubano Elián González Brotons regresó a la Isla después de seis meses en Estados Unidos que desataron una batalla legal, familiar y política por su custodia.
Elián fue rescatado el 25 de noviembre de 1999, tras haber estado días en el mar sobre un neumático. El niño había salido de Cuba junto a su madre, quien murió durante la travesía, al igual que otros 10 cubanos que intentaban llegar a las costas de Florida.
“El niño balsero”, como le llamaron medios de todo el mundo, fue rescatado por el pescador Donato Dalrymple y su primo Sam Cianco. Después de un tiempo hospitalizado, fue entregado a sus familiares en Estados Unidos.
El régimen cubano se empeñó en su regreso a la Isla, lo que posibilitó un fallo de la Justicia estadounidense luego de cinco meses del naufragio, durante los que estuvo viviendo con sus tíos abuelos Lázaro y Delfín González y su prima Marisleysis.
A las 5:00 de la mañana del 22 de abril los agentes federales comenzaron a gritar “Agáchense o disparamos, agáchense o disparamos” y entraron a la casa por la fuerza.
Este momento fue capturado por el fotógrafo de AP Alan Díaz, quien había logrado entrar a la casa. Al año siguiente su instantánea obtuvo el premio Pulitzer en la categoría de “Fotografías de noticias de última hora”.
De esa forma, Elián González regresó a Cuba, donde fue adoctrinado por Fidel Castro y se convirtió en defensor del régimen.
Un niño “milagro” convertido en símbolo del régimen
Considerado en Miami un niño “milagro” no solo por haberse salvado del naufragio sino porque su rescate fue el día de Acción de Gracias, Elián regresó a Cuba después de muchas negociaciones e idas y vueltas en los tribunales y multitudinarias manifestaciones en Miami y la Isla.
Fidel Castro se involucró personalmente en lo que en otras circunstancias y países hubiera sido solo una disputa familiar sobre la custodia de un niño cuya madre se lo llevó de su país sin permiso del padre, que quería recuperarlo y criarlo con él en Cuba.
Ramón Saúl Sánchez, uno de los líderes de las protestas con las que los cubanos de Miami trataron de impedir que Elián fuera devuelto a la Isla, declaró a EFE que Castro, conocedor de que en Estados Unidos se “respeta la ley”, aprovechó el caso Elián para “proyectarse como un defensor de la niñez”, aunque “no lo era”, y a la vez “asestarle un golpe de dimensiones internacionales a la comunidad del exilio”.
El organizador de “cadenas humanas” y acciones de “desobediencia civil” por Elián asegura que siempre pensó que eran los familiares maternos y paternos del niño los que debían ponerse de acuerdo sobre su futuro, no los gobiernos.
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