Durante siglos, en el mundo se habló abiertamente de razas para distinguir a los grupos humanos con diferentes grados de pigmentación en la piel.
Estudiosos y activistas han repudiado el uso del término con sólidos argumentos científicos y éticos. No hay más raza que la humana, dijo Martí y en ese principio se sustenta la búsqueda de respuestas científicas a los problemas de salud que podrían estar asociados al color de la piel.
Sobre el tema conversamos esta semana con la Dra Beatriz Marcheco, directora nacional de Genética médica.